4 Pasos para amar tu vida tal como es

Comencemos con la amarga verdad:

Nunca serás tan bueno como crees que deberías ser.

Y la vida nunca será tan fácil como esperabas.

Todos nos enfrentamos a la misma realidad. Inevitablemente habrá ocasiones en las que cometemos un error y no cumplimos con nuestras expectativas (irracionales) de nosotros mismos. Es probable que también suceda con bastante frecuencia. Y si no aceptamos estos deslices y fracasos como lecciones necesarias aprendidas, gradualmente y sin saberlo, nos volveremos conscientes de todo lo que no estamos logrando según lo planeado.

Honestamente, nos pasa todos los días a los mejores de nosotros: nos encontramos desesperadamente pensando en cómo nos estamos quedando atrás.

Nos preocupamos de que no hemos progresado tanto como pensábamos. Nos preocupa que nunca seamos tan productivos como podríamos. Y nuestra preocupación solo conduce a preocupaciones más insensatas.

Nos preocupa…

  • No tener cuerpos más bonitos
  • No ir al gimnasio con más frecuencia
  • No lograr más de nuestras metas
  • etc.

Nos preocupa que ‘deberíamos’ estar haciendo…

  • algo mejor
  • algo más asombroso
  • todas esas cosas increíbles que hace la gente en la televisión y las redes sociales
  • etc.

Y así, nos sentimos culpables de no ser tan buenos como deberíamos ser, de no estar haciendo lo perfecto en el momento perfecto, nunca.

La buena noticia es que pensamientos como estos son naturales, porque la mente humana no es perfecta, se preocupa por las cosas. Pero podemos aprender a captar y controlar estos pensamientos, para que no nos controlen.

Dejar ir nuestras fantasías de la “vida perfecta”

Hasta cierto punto, todos tenemos esta lujosa idea en la cabeza sobre cómo se supone que son nuestras vidas. Fantaseamos con que deberíamos vivir una vida mejor y diferente…

  • Una vida sin distracciones ni fracasos
  • Una vida con espectaculares hazañas de éxito
  • Una vida de viajes y aventuras.
  • Una vida con amigos, familiares y socios perfectos
  • etc.

Y a pesar de todo, se supone que también debemos estar sonriendo, ¿verdad?

¡Incorrecto! No es así como funciona realmente la vida. Al menos no 24/7.

La verdad es que somos seres humanos milagrosamente defectuosos que vivimos vidas milagrosamente defectuosas. Y la parte “milagrosa” solo se manifiesta cuando aceptamos y aprovechamos al máximo lo que tenemos.

Cierra los ojos y reflexiona sobre la realidad actual de tu vida y susurra: “Estoy bien. La vida está bien. Dejaré que la situación actual de mi vida sea lo que es, en lugar de lo que creo que debería ser, y haré lo mejor que pueda”.

La clave es aceptar el hecho de que no existe una vida perfecta. No hay nada perfecto que ya debas haber logrado, ni una secuencia perfecta de cosas que debas lograr en este momento.

Solo está este momento que estás viviendo y lo que eliges hacer con él.

Y sí, la decepción con este momento, contigo mismo y con los demás es a menudo parte del cuadro; no hay forma de escapar de esta realidad.

Pero, ¿qué elegirás hacer?

Puedes sentirte decepcionado en este momento y no hacer nada, o puedes practicar el estar satisfecho con la oportunidad y aprovecharla al máximo.

Sacar lo mejor de tu vida 

Es una serie simple de 4 pasos que pueden hacer maravillas en cualquier momento dado, pero requiere algo de diligencia (no es necesariamente conveniente ni fácil):

  1. Cuando sientas que tu “vida no es lo suficientemente buena”, la ansiedad aumenta, haz una pausa, cierre los ojos y observa que estás en el proceso de preocuparte por lo que no estás haciendo o por lo que aún no has logrado. Observa los sentimientos de decepción que tienes contigo mismo y con tu vida en el momento presente.
  2. Acepta estos sentimientos de decepción como parte de ti, concéntrate en ellos y permítete sentirlos. A medida que te concentras, observa las sensaciones emocionales de este sentimiento en todo tu cuerpo.
  3. Abre los ojos, dirige tu atención al momento presente: ¿qué estás haciendo ahora mismo? Pon toda tu conciencia en este momento: 100% presente con las sensaciones físicas y emocionales de lo que sea que estés haciendo.
  4. Observa que el momento presente es suficiente, suficiente por ahora. No necesitas ser mejor. No necesitas ser nada más. Ya eres suficientemente bueno, a tu manera única.

Nuevamente, esta es una práctica, un ritual diario que cambia vida, y no es algo en lo que ninguno de nosotros será “perfecto”. Simplemente nos lo recordamos a nosotros mismos y comenzamos de nuevo con nuestra práctica. Un día a la vez. 

Ah, y este breve artículo, por cierto, es tanto un recordatorio para mí como una guía para ti o para cualquier otra persona que pueda encontrar valor en él.

Estamos todos juntos en este.

Que este momento sea tan bueno como lo decidamos colectivamente.

Este momento: nuestro recurso más preciado

La muerte es una inevitabilidad impredecible.

Aceptar este hecho proporciona una renovada sensación de conciencia, para darnos cuenta de que hemos vivido una cierta cantidad de días, y los días que tenemos por delante no están tan garantizados como el que estamos viviendo en este momento. Cuando pienso en esto, recuerdo que cada día es realmente una oportunidad por la que estar agradecido, no de una manera cliché, sino de apreciar honestamente lo que tenemos aquí y admitir que solo nosotros somos responsables de la calidad de nuestro trabajo. vidas presentes. Esto hace que nuestro respeto por nosotros mismos y nuestro enfoque positivo sean cada vez más importantes, aquí y ahora. No dejas tiempo para revolcarte en la autocompasión y las dudas.

Lo último que cualquiera de nosotros quiere hacer es morir con arrepentimiento, por eso respetar la realidad de la muerte pone la vida en perspectiva. Nos humilla y también debería motivarnos profundamente a llevar nuestras vidas y sacar lo mejor de ellas…

Menos críticas y quejas.

Más aceptación, aprecio y disfrute de esta bendecida vida pero a menudo ordinaria.

Ama donde estás ahora mismo. Has recorrido un largo camino y todavía estás aprendiendo y creciendo. Sé agradecido por las lecciones. Tómalas y aprovecha al máximo las cosas ahora mismo.

Tu turno…

¿Cómo ha afectado la presión de los compañeros, la familia, el trabajo y la sociedad en general tu percepción de la vida?

Deja un comentario