7 Cosas Para Recordar Cuando Te Sientes Derrotado y Sin Ganas

41 me-siento-desanimado-desmotivado

“El peor enemigo de la productividad y la creatividad es la autocompasión”.

Esta mañana no tenía ganas de hacer nada. 

Es una combinación de agotamiento por una semana de arduo trabajo y la falta de sueño lidiando con un bebé enfermo en la casa.

No podía motivarme para hacer nada importante.

Algo raro en mí.

Me sentí completamente desanimado y derrotado. Comencé a pensar demasiado las cosas y dudar de mí mismo, y ​​me preguntaba si valía la pena hacer algo.

Me senté allí durante casi una hora y me pregunté cómo salir del bache.

¿Debo olvidarme del día hoy?

¿Debería simplemente renunciar a este proyecto, porque no soy tan bueno como pensaba?

Eso es lo que estaba considerando, al menos por un momento.

Pero la mejor parte de mí sabía que este leve estado de depresión era temporal, así que busqué en mi propia caja intelectual de herramientas para encontrar soluciones, pequeños trucos de la mente que pueden tener un impacto positivo en la realidad.

Nota: Ahora puedes ver lo mejor de los articulos en video.

:campana: Click aquí para suscribirte y ver lo mejor.

Esto es lo que funciona para mí: 7 cosas para tener en cuenta (y hacer) cuando te sientas desanimado y derrotado:

1. No eres el centro del universo (deja de hacerlo todo sobre TI).

Creo que todos tenemos la tendencia a situarnos en el centro del universo y ver todo desde el punto de vista de cómo nos afecta.

Pero esto puede tener todo tipo de efectos adversos. Desde sentir pena por nosotros mismos cuando las cosas no van exactamente como se planea, hasta dudar de nosotros mismos cuando no somos perfectos.

Así que esta mañana, en lugar de preocuparme tanto por mí, pensé en otras personas a las que podría ayudar.

Encontrar pequeñas formas de ayudar a los demás me saca de mi pensamiento egocéntrico. Y luego ya no me estoy engañando con autocompasión. Estoy empezando a pensar en lo que otros necesitan.

Ya no estoy dudando de mí porque la cuestión de si soy lo suficientemente bueno o no es ya la cuestión central. 

La pregunta central ahora es sobre lo que otros necesitan.

Por eso pensar en los demás en lugar de uno mismo ayuda a resolver los sentimientos de desaliento y derrota.

2. Es tu resistencia al “presente” lo que causa tu sufrimiento.

Esta mañana mi mente estaba divagando en lugares bien lejos del momento presente en el que estaba. Cuando me sorprendí haciendo esto, volví a concentrarme en el presente.

Recuerda, la felicidad es permitirte estar perfectamente bien con “lo que es”, en lugar de desear y preocuparte por “lo que no es”. “Lo que es” es lo que se supone que es, o no lo sería. El resto solo eres tú, discutiendo con la vida. 

Piénsalo por un minuto. Esto significa que tu sufrimiento solo ocurre cuando te resistes a cómo están las cosas en el presente.

Aunque no puedes controlar todo lo que te sucede, si puedes controlar la forma en que respondes a lo que sucede.

En tu respuesta está tu poder. En tu poder está tu presencia.

3. Eres más de una cosa (suelta y expande tu identidad).

Todos tenemos esta imagen en nuestras mentes de nosotros mismos, esta idea de qué tipo de persona somos. Cuando esta idea se ve amenazada, reaccionamos a la defensiva. 

La gente puede preguntarse si hicimos un buen trabajo y esto amenaza nuestra idea de ser una persona competente. Por eso nos enojamos o nos sentimos heridos por las críticas.

Alguien nos acusa falsamente de algo y esto amenaza nuestra idea de que somos una buena persona. 

En verdad fue mi identidad de mí mismo como alguien que está motivado y es productivo y tiene grandes ideas… lo que se estaba interponiendo en el camino esta mañana.

Cuando no fui productivo, me hacía sentir derrotado porque empecé a preocuparme inconscientemente de no ser quien creía que era.

Mi solución fue darme cuenta de que no soy una sola cosa. No siempre soy productivo, a veces lo soy, pero a veces también soy improductivo.

No siempre estoy motivado, a veces lo estoy, pero otras me siento perezoso. 

Y obviamente, tampoco siempre tengo grandes ideas, porque eso es imposible. La verdad es que puedo ser muchas cosas, y recordar esto me ayuda a expandir mi identidad para que no sea tan frágil. 

Entonces no importa si alguien piensa que no hice un buen trabajo porque no siempre hago un buen trabajo.

Yo cometo errores. Soy menos que perfecto. Y eso está perfectamente bien.

4. Hoy en día sigue siendo un regalo invaluable (hazlo lo mejor que puedas).

Solo me quedan unos cuantos días en la Tierra. No sé cuántos son, pero sí sé que es un número muy limitado.

Sé que cada uno de esos días limitados es un regalo, una bendición… Un milagro. 

Y que desperdiciar este milagro es un crimen, una horrible falta de aprecio por lo que me han dado.

Por eso esta mañana me recordé que este día cuenta y que todavía tengo que hacer lo mejor. 

Eso no significa que deba ser hiperproductivo sino que debo hacer algo que valga la pena.

A veces tomarse un descanso para recargar es una actividad que vale la pena, porque hacerlo te permite reagruparte y hacer otras cosas que valen la pena. 

Pero simplemente sentarse en la autocompasión no es útil. 

Así que me levanté y me fui a una larga caminata por el parque con un balón de futbol y terminé  jugando con una pared como cuando era niño.

5. Quejarse solo empeora las cosas (encuentra una solución).

Cuando me meto en un bache emocional, tengo la tendencia de quejarme en voz alta a todos los que están cerca lo suficiente como para escucharme.

Obviamente, esto no los ayuda… ni a mí tampoco. Y tan pronto como me encuentro haciendo esto, me obligo a bajarle a la cantaleta.

La conclusión es que nunca llegarás a donde quiere estar quejándote de dónde te encuentras ahora. Cada paso en tu vida te está preparando para el que viene después. 

Quejarse no funciona como estrategia.

Todos tenemos tiempo y energía limitados. Es poco probable que cualquier cantidad de tiempo que pasemos lloriqueando nos ayude a lograr algo que valga la pena.

Y tampoco nos hará más felices. Si tomarás el 10% de la energía que pones en quejarte y la aplicarás para resolver tu problema actual, te sorprenderías de lo bien y lo rápido que pueden funcionar las cosas. (A veces me olvido de esto por eso lo escribo para recordarme).

Cuando dejas de quejarte y te niegas a verte a tí mismo como una víctima indefensa, descubrirás que eres más poderoso de lo que crees, pero solo si decides aceptar esta realidad.

6. Sentirse desanimado y derrotado es una señal de que es hora de hacer un cambio.

Podría ser un cambio de corazón, un cambio en tu perspectiva o un cambio en tus hábitos.

Pero el punto en cualquier caso es que la forma en que estás haciendo las cosas ya no funciona.

Cuando nos sentimos desanimados y derrotados nuestro primer instinto es mirar a alrededor para culpar a alguien o algo.

En realidad deberíamos ver cómo nos sentimos, qué pensamos y cómo planeamos responder.

Tu vida es tu responsabilidad. Si bien no siempre puedes cambiar lo que está fuera de ti, ciertamente puedes cambiar tu percepción de ello.

Y lo gracioso es que cuando cambias la forma en que ves las cosas, las cosas cambian, lo que facilita el camino para la acción positiva. 

7. Incluso el paso más pequeño posible es el progreso. (da un pequeño paso AHORA).

Puede ser difícil moverse cuando estás seriamente atascado.

Así es como me sentí hace unos años cuando estaba atrapado en una monotonia después de haber perdido mi carrera.

Fue muy difícil motivarme cuando no creía que tuviera la fuerza para seguir adelante, cuando me sentía horrible y lo sentía fuerte adentro.

Pero di un pequeño paso cada día, y me sentí bien, y me hice más fuerte.

Eso es lo que hice esta mañana también: di el paso más pequeño posible. Simplemente enciendo mi computadora, abriendo un documento y escribiendo una sola oración.

Tal acción es tan pequeña que parece insignificante y tan fácil como para salir a camino cuando me sentía derrotado.

Y me mostró que el siguiente paso era posible, y el siguiente.

Y el resultado final es esta publicación que estás viendo ahora.

Conclusión

Sí, todavía me siento un poco fuera de ritmo, pero no derrotado.

Me siento más fuerte, porque di estos pasos.

Sé que algunos de ustedes sienten lo mismo de vez en cuando, tal vez más a menudo de lo que le gustaría admitir. 

Está bien. Todos lo hacemos. No somos máquinas, constantemente cargadas y listas para disparar a toda capacidad.

Somos humanos, lo que significa que vacilamos, dudamos y a veces sentimos dolor.

Y esto también pasará.


Guarda el pin dando click a la imagen.