Piense un poco menos en manejar sus problemas y un poco más en manejar su forma de pensar.
La fuerza mental se construye a través de pequeñas victorias diarias. Son las decisiones individuales que tomamos a diario las que desarrollan nuestros músculos de “fuerza mental”. Todos queremos este tipo de fuerza, pero no solo podemos desear conseguirlo. Si lo deseas, debes hacer algo al respecto.
Es hora de aceptar el hecho de que la felicidad de tu vida depende de la calidad de tus decisiones diarias.
Es hora de desafiarte a ti mismo para cambiar la forma en que respondes a la vida…
- Cuando comiences un nuevo día, desafíate a sonreír genuinamente.
- Cuando no consigas lo que quieres, desafíate a ti mismo para apreciar que hay muchas personas en este mundo que nunca tendrán lo que tienes ahora.
- Cuando aferrarse ya no parezca razonable, desafíate a apreciar el hecho de que nada en la vida es permanente y a darte cuenta de que una vez que aceptas esto, puedes hacer casi cualquier cosa que desees porque ya no estás tratando de aferrarte a nada.
- Cuando te sorprendas pensando que la grama es más verde en otros lugares, desafíate a regar la grama sobre la que está parado.
- Cuando no puedas controlar lo que le está sucediendo, desafíate a controlar la forma en que respondes a lo que está sucediendo; en tu respuesta está tu poder.
- Cuando parezca que los problemas se acumulan, desafíate a enfrentarlos de manera positiva.
- Cuando parezca haber pocas esperanzas, desafíate a encontrar algunas.
- Cuando el camino por delante parezca demasiado difícil, desafíate a reconocer que no hay absolutamente nada en tus circunstancias actuales que te impida avanzar, un pequeño paso a la vez.
- Cuando te encuentres pensando demasiado en las cosas, desafíate a ti mismo a dar un paso adelante.
- Cuando no esté completamente seguro de lo que traerá el futuro, desafíate a hacer el mejor y más positivo uso del presente .
- Cuando tengas dos buenas opciones, desafíate a ti mismo para elegir la que más te asusta, porque esa es la que te ayudará a crecer.
- Cuando vaya a hacer algo, cualquier cosa, desafíate a hacerlo con entusiasmo y devoción.
- Cuando otros digan que tus ideas son locas, desafíate a ti mismo a hacer lo que te parezca correcto de todos modos, que no te importe si tus metas parecen locas a los demás y recuerda que las ideas locas son las que a menudo tienen el mayor impacto.
- Cuando haya muchas excusas por las que no puedes hacerlo, desafíate a concentrarte en todas las razones por las que debes hacerlo.
- Cuando desees una gratificación instantánea, desafíate a admitir que si pudieras tenerlo todo instantáneamente, no valdría la pena tenerlo, porque el valor real del logro está en el logro.
- Cuando se cometan errores, desafíate a aprender de ellos, ríete de ellos y no pierdas ni un minuto en resultados pasados que no puedes controlar.
- Cuando te encuentres tratando de controlar demasiado y, por lo tanto, disfrutando muy poco, desafíate a dejarte llevar, relajarte, respirar profundamente y apreciar “lo que es” por un tiempo.
- Cuando haya drama y negatividad innecesarios a tu alrededor, desafíate a mirar para otro lado.
- Cuando tu propia negatividad intenta abrirse paso, desafíate a recordar que tienes el control de la forma en que ves la vida y luego usa tus luchas y frustraciones para motivarte en lugar de molestarte.
- Cuando te encuentres corriendo tratando de arreglar y luchar contra lo viejo, desafíate a ti mismo a construir y hacer crecer algo nuevo.
- Cuando sea más fácil hacer las cosas incorrectas, desafíate a ti mismo a hacer lo correcto, incluso si nadie más lo sabrá jamás, porque TÚ lo sabrás.
- Cuando te sorprendas orando por una vida fácil, desafíate a orar por la fuerza para soportar una vida difícil que valga la pena vivir.
- Cuando todo parezca desordenado y apresurado, desafíate a ti mismo a dar un paso atrás para poder ver las cosas con claridad nuevamente.
- Cuando conozcas a alguien nuevo, desafíate a ti mismo a ser paciente con él, a prestarle atención y a recordar que todos los que conoces tienen algo importante que enseñarte.
- Cuando no te guste alguien, desafíate a ti mismo a identificar una inseguridad dentro de ti que está provocando esto.
- Cuando alguien te trata mal, desafíate a ti mismo a tratarlo con amabilidad y respeto de todos modos, no porque sea amable, sino porque tú lo eres (y luego camina hacia el otro lado si es necesario).
- Cuando una situación negativa se vuelve emocional, respira hondo y desafíate a recordar que la paz interior comienza en el momento en que decides no dejar que otra persona o evento controle tus emociones.
- Cuando alguien que conoces se pierde, desafíate a ti mismo para ayudarlo a encontrar tu camino.
- Cuando un amigo se cae, desafíate a ti mismo a ser el primero en extender una mano.
- Cuando termine cada día, desafíate a tí mismo para apreciar que has hecho todo lo posible.
Tu turno…
¿Aceptará estos desafíos en los próximos días?
¿Cuál resuena más en este momento?