“No llores cuando el sol se haya ido,
porque las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”.— Violeta Parra
Es una sensación agobiante cuando tu corazón se está rompiendo, como el sonido crudo de un disparo lejano.
No te perfora físicamente la piel ni te hace pedazos, pero la sensación está físicamente presente: la incomodidad paralizante de darte cuenta de que algo que diste por sentado se está yendo a la mierda para siempre.
Aunque al principio el desamor es difícil de aceptar, tener el corazón roto es una buena señal.
Significa que has amado, has intentado algo y has dejado que la vida te enseñe.
La vida intentará derribarte a veces. Nada ni nadie puede protegerte completamente de esta realidad.
Quedarse solo y esconderse del mundo tampoco lo hará, porque una soledad interminable y estancada también te romperá con nostalgia y anhelos poco saludables.
Tienes que levantarte y volver a ponerte ahí.
Tu corazón es más fuerte de lo que te das cuenta. He estado allí y he visto la angustia al otro lado.
Se necesita tiempo y paciencia.
La angustia profunda es como estar perdido en el bosque: al principio, todas las direcciones llevan a ninguna parte.
Cuando estás parado en un bosque a oscuras, no puedes ver ninguna luz que pueda llevarte a casa.
Pero si esperas que el sol vuelva a salir, y escuchas cuando alguien te asegura que ellos mismos han estado en ese mismo lugar oscuro, y desde entonces han avanzado en su vida, a menudo esto traerá la esperanza que se necesita.
Es tan difícil darte consejos cuando tienes un corazón roto, pero algunas palabras pueden sanarte, y este es mi intento de darte esperanza.
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¡Eres más fuerte de lo que crees!
Por favor recuerda:
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La emoción genuina y amorosa que rompe tu corazón es la misma emoción que te curará, gradualmente con el tiempo.
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La persona que te gustó o amaste en el pasado, que al final hizo lo que le dio la gana, no tiene nada intelectual ni espiritual que ofrecerte en el momento presente, sino más dolores de cabeza.
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Puedes reflexionar sobre ello y obsesionarte por cómo resultaron las cosas, lo que hiciste mal o deberías haber hecho de otra manera. Pero no tiene sentido. ¡No cambiará nada ahora mismo!
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Algunos capítulos en nuestras vidas tienen que cerrarse. No tiene sentido perderse tratando de aferrarse a quien no quiere quedarse.
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Siete letras. Dos palabras. Un dicho. Puede cortarte en dos y dejarte con un dolor horrible, o puede liberar tu corazón y quitarte un peso increíble de tus hombros. El dicho es: ¡Se acabó!
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Cuando no obtienes lo que quieres, a veces es la preparación necesaria y otras veces es la protección necesaria. Pero el tiempo nunca se pierde. Es un paso en tu viaje.
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Algún día volverás a recordar este momento de tu vida como un momento tan importante de aflicción y crecimiento. Verás que estabas de luto y que tu corazón se rompía, pero en verdad tu vida estaba cambiando.
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Las transiciones en la vida son la oportunidad perfecta para dejar ir una situación y abrazar algo aún mejor en tu camino.
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Una de las lecciones más difíciles de aprender: no puedes cambiar a otras personas. Cada interacción, rechazo y lección desgarradora es una oportunidad para cambiarte solo a ti mismo.
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Comprometete a ser positivo. Comprende que la mayor parte de tu desdicha o infelicidad a partir de este punto en adelante no está determinada por tus circunstancias, sino por tu actitud.
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La vida y Dios tienen planes más grandes para ti que no implican llorar por la noche o creer que estás destrozado.
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Siempre es mejor estar solo que estar mal acompañado. Y cuando decidas darle una oportunidad a alguien, hazlo porque realmente estás mejor con esta persona. No lo hagas solo por no estar solo.
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Cuando alguien te rechaza, no significa que también debas rechazarte a ti mismo o pensar que eres menos digno. No significa que nadie te querrá nunca más. Recuerda que hay miles de millones de personas en el mundo y solo UNA persona te ha rechazado. Y duele tanto ahora porque para ti la opinión de esa persona representa la opinión de todo el mundo. Pero esa no es la verdad.
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A veces se necesita un corazón roto para despertarte y ayudarte a ver que vales mucho más de lo que estabas recibiendo. Cuando pierdes a alguien o algo, no lo consideres como una pérdida, sino como un regalo que aligera tu carga para que puedas recorrer mejor el camino que tienes para ti.
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Cualquier cosa que te lastime hoy solo te hace más fuerte al final.
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Cuando todo está terminado la pena es el precio que pagas por el amor. Y es mejor haber amado, perdido y aprendido, que nunca haber amado en absoluto.
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Un corazón roto es solo los dolores de crecimiento necesarios para que puedas amar más completamente cuando llegue tu amor real.
Reflexiones finales
Eres humano y el corazón humano se rompe a veces. No luches contra eso.
Date la oportunidad de amar de nuevo, de sentir de nuevo y de vivir de nuevo.
Estás vivo y estás aquí para arriesgar tu corazón al ponerlo en algo en lo que crees, tantas veces como sea necesario.
Si evitas arriesgarte, una cosa es cierta, llegarás de manera segura hasta el final, sintiéndote vacío e insatisfecho.
No te hagas eso a ti mismo.
Mereces más.
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