El manejo de la ira a menudo parece ser una tarea muy difícil. Cuando estamos enojados, perdemos todos nuestros sentidos y nos portamos mal sin pensar. Orar a nuestro Santo Padre puede ayudarnos a comprender nuestros problemas, y Él nos dará una solución para ellos. Aquí hay algunas oraciones edificantes para pedir ayuda.
Aquí Hay Oraciones Edificantes Para La Ira
-Oh buen Padre, hoy vengo ante ti porque quiero que me ayudes a ser más como tu Espíritu Santo. Siempre nos aconsejas que pensemos antes de hablar y que seamos lentos para que crezca la ira en nuestros corazones. Ayúdame a tener esto en cuenta.
-Querido Señor, te ruego que me des la bendición de la paciencia para que pueda dejar de estar tan malhumorado. Cuídame en todo momento para que nunca me entregue a la ira y deje que controle mi mente y mi corazón. Bendíceme con tu poder.
-Amado Dios, ayúdame a recordar que la ira nunca puede producir nada bueno, y solo quita tu justicia. Bendíceme para que pueda escuchar tu Palabra llena de gracia y obedecer lo que me pides que haga. Ayúdame a llevar una vida que te tenga a ti en ella.
-Santo Padre, soy simplemente una persona, por lo que tengo emociones variadas. Muy naturalmente, no reaccionaré de la misma manera a todo. La ira será una experiencia común en la vida a veces. Pero, te ruego que me guardes de cometer cualquier pecado cuando estoy enojado.
-Señor bendito, mírame para que mi ira nunca dirija mis palabras o acciones. Sé que lo que se hace con ira nunca puede ser bueno ni traernos prosperidad. Ayúdame a ser paciente para que pueda hacer todo en mi vida con amor y dedicación.
-Oh Padre, mientras me inclino ante ti, te ruego que me bendigas con una mayor madurez, ya sea emocional o espiritual. Ser más maduro y sabio me mantendrá alejado de dejar que la ira afecte mis pensamientos. Ayúdame a resolver todos los problemas con paz.
-Oh Señor Celestial, mantengo la fe en tu valiosa Palabra, que nos enseña la importancia de desarrollar el buen sentido. Te ruego que me des discreción para que poco a poco pueda volverme lento para la ira. También te pido que seas mi guía y me muestres el camino perfecto.
-Buen Señor, por favor dirige mi camino para que mis acciones nunca se basen en mis emociones, especialmente cuando son acentuadas. Hazme fuerte para que pueda ser paciente cuando la vida me desafía con situaciones problemáticas. Considero que estos tiempos son la prueba de mi control sobre la ira.
-Querido buen Dios, mis transgresiones o acciones y palabras ofensivas solo pueden pasarse por alto cuando tengo las bendiciones de tu gloria sin fin y gracia dichosa dentro de mi Espíritu. Permíteme ser amable para que no busque venganza de nadie y nunca guarde ningún resentimiento en mi corazón.
-Querido Señor, ayúdame a moldear mis pensamientos de tal manera que nunca me aferre a las cosas negativas en mi vida que no me traerán paz sino que perturbarán mi mente y mi corazón. Permíteme dejar ir los pensamientos pesimistas y concentrarme en el optimismo.
-Oh Buen Padre, protégeme de los elementos que me dejan provocar demasiado rápido e inundan mi Espíritu de ira. Recuérdame que la ira es una cualidad que solo se encuentra en los tontos. Bendíceme para que pueda esforzarme por ser un mejor reflejo de tu Espíritu Santo en mi alma.
-Padre, dame fuerzas para que pueda resistir las formas convencionales de este mundo que nos incitan a ceder fácilmente a la ira. Bendíceme para que pueda serte fiel en cualquier circunstancia. Ayúdanos a seguir tu Santa Palabra para que no cometamos errores.
-Señor Todopoderoso, ayúdame a reflejar tu Espíritu dichoso a través de mi carácter. Permíteme serte fiel en todas las condiciones y esforzarme por convertirme en la persona que tú quieres que sea. Queremos ser parte de tu Santo Ser y rodearnos para siempre de tu amor.
-Oh Dios bendito, eres eterno. Si seguimos rigurosamente tu Santa Palabra, ella nos dará respuestas que nos alejarán suavemente de la ira. Haga que nuestra mente nunca se desnude para enojarse, incluso cuando se pronuncien palabras duras o alguien se comporte con dureza con nosotros.
-Padre bueno, enséñame a ser firme y consciente cuando me comunico con otras personas pero también a ser amable en mis palabras. Bendíceme con las palabras correctas para que no hable mal. Cuídame cuando hable para que nunca lastime a alguien o diga algo ofensivo.
-Señor eterno, bendice mis palabras para que cuando hable a otras personas, transmita el mensaje de esperanza y paz. Déjame ser tu mensajero y ser capaz de hacer sentir a los demás tu santa presencia dentro de mí. Permíteme edificarlos, motivarlos y consolarlos en tu nombre.
-Oh Señor, te doy el poder de gobernar todos los aspectos de mi vida. Toma el control de mis emociones también. Quiero que reine sobre todos mis sentimientos para que reaccione como tú quieres que lo haga. Cuando dejo que las emociones me guíen, erradican tu gloria.
-Bendito Dios, siempre he visto que cuando actúo con mal genio, da cabida a situaciones de conflicto. Permítanme ser paciente y el tipo de persona que resuelve una pelea y se calma en lugar de complicarla. Pedimos tu paz y dicha de buceo dentro de nosotros.
-Dios Todopoderoso, te agradezco por tu dicha que no permite que el conflicto sea parte de nuestras vidas. La paz que recibimos de ti es algo que no podemos recibir de nadie más en este mundo. Protégenos, mantén nuestro corazón en calma cada vez que quiera ceder a la ira.
-Amado Señor, ayúdame a controlar mi temperamento. Hazme entender que si la gente no nos trata bien, no tenemos nada que hacer al respecto. No podemos enojarnos porque no será justo para nosotros. Ayúdanos a ser lo suficientemente amables para perdonar y olvidar para nuestra paz mental.
-Buen Dios, cuando nos enfadamos demasiado o nos acaloramos por algo y mantenemos la ira creciendo dentro de nosotros, nunca desaparece fácilmente, se queda y esparce el veneno que contamina nuestros corazones. Entonces, no importa cuán injusta sea la situación, debemos aprender a controlar nuestro temperamento.
-Amado Dios, creo que solo cuando pueda controlar mi ira seré considerado una persona sensata. Permíteme ganarme el respeto y la gloria para ti al pasar por alto los errores o las cosas negativas que me enfurecen. Enséñame a llevar una vida honrada y llena de gloria.
-Santísimo Padre, aunque te pido que me ayudes a controlar mi ira, también te pido que no me debilites para que no pueda definirme cuando alguien me hace algo gravemente malo o injusto. Dame el coraje y la sabiduría para mantenerme firme en todo momento.
-Señor Amado, te ruego que reconozcas el crecimiento del miedo en mi corazón y me guíes sobre cómo erradicarlo. Muéstrame cómo puedo remediar la situación que está causando la ira. Pongo cada situación en tus manos y te pido que me instruyas.
-Dios Todopoderoso, cuando estoy envuelto en ira, trato de encontrar una manera de resolver el problema. Me inclinaría ante ti y pediría tu ayuda, pero nunca me perdería. Nunca dejes que la ira negativa pase por mi psique pacífica y sabia.
-Oh Señor Amado, mira mis acciones cuando estoy enfadado. Permíteme ofrecer ese tiempo para hacer algo bueno, algo que distraiga mi mente del asunto. Cambia mi enfoque de qué o quién ha provocado mi ira y déjame concentrarme en algo constructivo.
-Querido buen Dios, a medida que repaso los textos sagrados, parece como si cada Palabra llevara tu santo aliento. Tengo plena fe de que todo lo que has dicho es verdad, y no hay duda. Ruego poder concentrarme en estas palabras para mantenerme alejado de la ira.
-Oh Buen Padre, te ruego por la situación en la que me encuentro. Siempre he creído que por mucho que lo intentemos, nunca podremos lograr un cambio si tú no nos lo permites. Nuestros corazones solo pueden ablandarse cuando tenemos tus bendiciones sobre nosotros.
-Padre, bendíceme para que nunca diga nada obsceno o le dé un lugar a la malicia en mi corazón. Permíteme ser indulgente y nunca quejarme de los demás. Dame humildad y paciencia, y permíteme guardar tus Santas Palabras en mi alma en todo momento y en toda circunstancia.