La vida no es compleja. Somos complejos.
La vida es simple no la compliques.
Y lo simple es lo correcto.—Oscar Wilde
Así que volvamos a lo básico.
Hagamos las cosas simples de nuevo.
Es fácil.
Aquí hay 60 maneras de hacer la vida menos complicada:
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No trates de leer las mentes de otras personas. No hagas que otras personas intenten leer la tuya. Comunica.
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Sé educado, pero no trates de ser amigo de todos los que te rodean. Mejor, dedica tiempo a fomentar tus relaciones con las personas que más te interesan.
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Tu salud es lo más importante. Hazte un chequeo físico cada año.
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Vive debajo de tus posibilidades. No compres cosas que no necesitas. Siempre piensalo 100 veces en grandes compras. Crea un presupuesto y un plan de ahorro y apégate a ambos.
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Duerme lo suficiente cada noche. Una mente agotada rara vez es productiva.
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Levántese 30 minutos antes para no tener que correr como un loco. Esos 30 minutos te ayudarán a evitar multas por exceso de velocidad, retrasos y otros dolores de cabeza innecesarios.
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Deja el resentimiento. Habla. Perdona, y sigue adelante.
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No pierdas tu tiempo con celos. La única persona contra la que estás compitiendo eres tú mismo.
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Rodéate de personas que llenen tus vacíos. Déjalos hacer las cosas en las que son mejores para que puedas hacer las cosas en las que eres mejor.
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Organiza tu espacio personal y espacio de trabajo.
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Deshazte de las cosas que no usas.
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Pregúntale a alguien que lo haya hecho si no estás seguro.
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Dedica un poco de tiempo a aprender un truco o atajo para ahorrar tiempo que puedes usar una y otra vez en el futuro.
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No trates de complacer a todos. Solo haz lo que sabes que es correcto.
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No bebas alcohol ni consumas drogas cuando estés enojado o triste. Sal a correr mejor.
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Asegúrate de pagar tus cuentas a tiempo. Usa recordatorios en tu móvil.
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Llena tu tanque de gasolina en el camino de regreso a casa, no en la mañana cuando tengas prisa.
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Utiliza la tecnología para automatizar tareas.
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Maneja las tareas importantes de dos minutos inmediatamente.
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Mudate más cerca de tu lugar de trabajo.
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No robes.
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Siempre sé honesto contigo mismo y con los demás.
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Di “Te quiero” a sus seres queridos tan a menudo como sea posible.
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Una sola tarea. Haz una cosa a la vez y dale todo lo que tienes.
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Termina un proyecto antes de comenzar otro.
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Sé tú mismo.
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Al viajar, empaca ligero. No lo traigas a menos que sea absolutamente necesario.
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Limpia justo después. No lo dejes para después.
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Aprende a cocinar, y cocina.
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Prepara un menú semanal (saludable) y compra solo los artículos que necesitas.
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Considera comprar y cocinar alimentos en cantidad. Si preparas una gran porción de algo el domingo, puedes fácilmente comer los restos varias veces durante la semana sin pasar más tiempo cocinando.
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Manténte alejado del drama de otras personas. Y no creas innecesariamente el tuyo.
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Compra cosas en efectivo.
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Dale mantenimiento tu carro, tu hogar y otras pertenencias personales de las que dependes.
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Sonríe a menudo, incluso para sorprender a los extraños.
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Si odias hacerlo, deja de odiarlo.
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Trata a todos con el mismo nivel de respeto que le darías a tu abuelo y el mismo nivel de paciencia que tendrías con tu hermanito.
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Discúlpate cuando deberías.
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Escribe las cosas.
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Se curioso. No tengas miedo de aprender algo nuevo.
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Explora nuevas ideas y oportunidades a menudo.
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No seas tímido. Networking… Conoce gente nueva.
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No te preocupes demasiado por lo que otras personas piensan de ti.
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Pase tiempo con personas agradables que sean inteligentes, motivadas y con ideas similares.
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No mandes mensajes de texto mientras manejas. Si bebes no manejes.
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Bebe agua cuando tengas sed.
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No comas cuando estés aburrido. Come cuando tengas hambre.
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Ejercicio todos los días. Simplemente realiza una caminata larga o dedica 30 minutos a un programa de ejercicios en casa como el entrenamiento P90X.
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Deja ir las cosas que no puedes cambiar. Concéntrate en las cosas que puedas afectar.
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Encuentra el trabajo que realmente disfrutas hacer.
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Date cuenta de que cuanto más trabajes, más suerte tendrás.
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Sigue a tu corazón. No desperdicies tu vida cumpliendo los sueños y deseos de otra persona.
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Establece prioridades para ti mismo y actúa en consecuencia.
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Tómalo con calma y suma todas tus pequeñas victorias.
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Por buena o mala que sea una situación ahora, cambiará. Acepta este simple hecho.
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Sobresal en lo que haces. De lo contrario, simplemente te frustrarás.
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Madura, pero no crezcas demasiado rápido.
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Date cuenta de que nunca estás tan bien como crees.
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Construye algo o haz algo que te haga sentir orgulloso.
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Comete errores, aprende de ellos, ríete de ellos y sigue adelante.
Reflexión final…
Cuando éramos jóvenes la vida era más fácil, ¿verdad que si?
Sé que a veces parece así.
Pero la verdad es que la vida todavía es fácil.
Siempre lo será.
La única diferencia es que somos mayores, y cuanto más envejecemos, más nos complicamos las cosas.
Verás, cuando éramos jóvenes, veíamos el mundo con ojos simples y llenos de esperanza. Sabíamos lo que queríamos y no teníamos sesgos ni agendas ocultas.
Nos gustaban las personas que sonreían. Evitamos a las personas peleonas. Comíamos cuando teníamos hambre, bebíamos cuando teníamos sed y dormíamos cuando estábamos cansados.
A medida que crecemos, nuestras mentes se desilusionaron gradualmente por influencias externas negativas.
En algún momento comenzamos a dudar y cuestionar nuestros instintos.
Cuando surgió un nuevo obstáculo o un dolor creciente, tropezamos y caímos.
Esto sucedió varias veces.
Finalmente, decidimos que no queríamos volver a caer, pero en lugar de resolver el problema que nos causó la caída, lo evitamos por completo.
Como resultado, comimos comida chatarra y bebimos alcohol para adormecer nuestras heridas y llenar nuestros vacíos.
Trabajamos a altas horas de la noche para evitar conflictos no resueltos en el hogar.
Comenzamos a guardar rencor, jugando juegos mentales y engañando sutilmente a los demás y a nosotros mismos para salir adelante.
Y cuando no funcionó, vivimos por encima de nuestras posibilidades, compramos cosas que no necesitábamos y comimos y bebimos un poco más para hacernos sentir mejor de nuevo.
Con el transcurso del tiempo hicimos nuestras vidas cada vez más difíciles, y empezamos a perder el contacto con quienes realmente somos y con lo que realmente necesitamos.
La vida es simple.
Pero insistimos en complicarla.
Si tienes problemas con cualquiera de los puntos anteriores, hay un camino claro para volver al buen camino: trabaja tu mente para mejorar tus hábitos.
Espero te haya servido el artículo tanto como me sirvió a mí.
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