Ser Optimista: Persona que viaja con las manos vacías de la nada hacia la felicidad.
—Mark Twain
Algunas personas son más optimistas por naturaleza, pero el optimismo no es un atributo fijo. Es una elección sobre la que tenemos control. Cada mañana elegimos despertarnos de mal humor o despertarnos con una perspectiva positiva.
Las investigaciones han demostrado que, a largo plazo, las personas optimistas manejan mejor el estrés, se enferman con menos frecuencia, viven más tiempo y son más felices y más exitosas que sus contrapartes pesimistas.
Los optimistas también pueden ver la oportunidad en desarrollos negativos. Contrariamente a los pesimistas todavía esperan un resultado positivo, incluso si la evidencia apunta a lo contrario.
Definición de optimismo
El concepto de optimismo describe a las personas con la actitud de esperar siempre lo mejor en cualquier situación. La palabra optimista se deriva de la palabra latina ‘optimus’, que puede traducirse como “mejor”. Los optimistas tienden a esperar que las cosas salgan bastante bien al final.
¿Qué hacen los optimistas de manera diferente?
Hasta ahora, hemos aprendido lo que significa ser optimista. Pero, ¿qué es lo que permite a los optimistas ser más felices y más exitosos que sus homólogos negativos? ¿Qué cosas hacen los optimistas de manera diferente?
La buena noticia es que todos podemos desarrollar habilidades para mejorar el optimismo.
Aquí hay 9 ideas para empezar a ser más optimista:
1. Encuentra la oportunidad en cada dificultad.
“Optimista” es una palabra que aquí se refiere a una persona que se enfoca en lo positivo. Por ejemplo, si un optimista perdió su brazo izquierdo en un accidente automovilístico, podría decir con voz esperanzadora: “Estoy vivo. “Ya no tengo mi brazo izquierdo, pero sí tengo el derecho, y aún me queda la vida por vivir”.
El optimismo no significa ignorar el problema por completo. Significa comprender que los contratiempos son inevitables y a veces temporales, y que tienes las habilidades y los conocimientos necesarios para combatir los desafíos que enfrentas. Lo que estás tratando puede ser difícil, pero es importante mantener la esperanza y ser positivo con respecto a un futuro más brillante.
El optimismo inspirará un sentido de esperanza y la confianza que se requiere para aprovechar al máximo las oportunidades que existen. Como los arcoiris más hermosos provienen de la luz del sol después de una tormenta muy oscura.
2. Rodéate de personas positivas.
Solo eres tan bueno como la compañía que mantienes. Si estás con gente triste, es muy probable que no sonrías. Haz de tu misión esquivar la negatividad. Rodéate de amigos que tengan puntos de vista positivos. Como dicen, si quieres volar con las águilas, debes dejar de salir con los patos.
El optimismo es un hábito aprendido, y es positivamente contagioso. Rodéate de personas que puedan infectarte con positividad. También transmite tu nuevo buen humor a un amigo o desconocido con palabras y hechos. Deja que alguien tenga ese espacio de estacionamiento, deja que esa persona con solo unos pocos artículos se cuele delante de ti en el supermercado. El simple hecho de hacer algo bueno por los demás es en realidad un buen estímulo por sí solo.
3. Dar amor, recibir amor e invertir en amor.
AMOR: Es la fuerza más grande del universo. Es un tesoro por el que la gente daría cualquier cosa, pero no cuesta nada dar y recibir. Hay un suministro infinito, y puede extenderse a la familia, amigos y extraños en cualquier momento. Aumenta la positividad y actúa como un escudo contra la negatividad. Perdona, sana, alienta e inspira.
Da amor, recibe amor e invierte en amor todos los días. Porque donde inviertes tu amor, inviertes tu vida.
4. Se realista, y espera altibajos.
Una base de realismo mantiene las cosas en perspectiva y ayuda a evitar que las cosas se vuelvan desproporcionadas. El hecho de que seas optimista no significa que no vayas a tener días malos. Los tendrás, esa es la realidad. La vida no siempre es arco iris y mariposas.
Tratar de ser 100% positivo todo el tiempo es querer ser un océano en el que las olas solo se elevan y nunca se estrellan. Pero cuando reconocemos que las olas que se elevan y se estrellan son parte del mismo océano podemos dejar ir y estar en paz con la forma en que son las cosas.
Conclusión: prepárate para lo peor, pero espera lo mejor. Lo primero te hace sensible y lo segundo te hace optimista.
5. Inspírate con una sonrisa y recordatorios positivos.
Si esperas lo peor, ocurrirá lo peor. Si dejas que las cosas te molesten, lo harán. Pero si sonríes, te sentirás mejor. Los estudios han demostrado que poner una sonrisa alegre en tu cara puede desencadenar una parte de tu cerebro que te hace sentir más feliz y optimista sobre el presente y el futuro.
Además, alimenta tu optimismo con recordatorios positivos. Escribe frases cortas que inspiren optimismo. Colócalas en lugares donde los vea todos los días, como en el espejo de tu baño, en el interior de su closet, en el monitor de tu computadora o wallpaper de tu smartphone.
“Todo es posible.”
“Lleva una vida positiva”.
“Lo único que puedo controlar es mi actitud hacia la vida”.
“Siempre tengo una opción”.
“Incluso el viaje más largo comienza con un solo paso”.
“Miraré el lado soleado de todo y haré brillar mi optimismo”.
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6. Trabaja en las cosas que puedes controlar.
El pesimismo no es práctico porque te hace perder el tiempo pensando en cosas negativas que aún no han ocurrido, mientras que simultáneamente te impide hacer las cosas ahora. El pesimismo engendra indecisión. Es una pérdida de tiempo, y el tiempo es un recurso limitado que no puede darse por sentado. Cada minuto dedicado a preocuparse no garantiza más que menos tiempo para disfrutar de lo que la vida tiene para ofrecer.
¿La solución? Reconoce las cosas que no puedes controlar y no te conviertas en una víctima. Deja de pensar en lo que te está sucediendo y comienza a pensar qué puedes hacer para mejorarlo. Nota que casi siempre tienes una opción. ¿Es tu trabajo un fastidio? Encuentra uno nuevo. ¿No está listo para embarcarte en una nueva relación?- Entonces celebra esas razones y recuerda que elegiste quedarte.
7. Cuenta tus bendiciones.
Hay tanto bien, tanta belleza, tanto amor en tu vida. Ahora tienes mucho por lo que estar agradecido, solo necesitas hacer una pausa lo suficiente para apreciarlo. Hazlo. Esto ayudará a enmarcar una mejor actitud y sacará tu mente de los aspectos negativos.
Comienza un diario para sentirte bien. Compra un diario en blanco y llénalo con cosas que te hagan sonreír, como una foto de tu mascota o un cumplido que te hizo un amigo. Úsalo para seguir tus logros y celebrar tus victorias. Pega solo cosas positivas en tu diario y ábrelas cuando te sientas mal.
8. Apreciar que nada en la vida es permanente.
Las investigaciones ha demostrado que los optimistas y pesimistas atribuyen las razones del éxito y el fracaso de manera diferente. Los pesimistas tienden a atribuir los eventos negativos a factores permanentes, personales y generalizados. Los optimistas tienden a atribuir eventos negativos a factores no personales, no permanentes y no generalizados. “Permanente” son factores que estarán contigo durante toda la vida. “Personal” son factores que se relacionan con nosotros como individuos. Y “generalizado” son factores que afectan nuestra capacidad en otras partes de nuestra vida.
En pocas palabras: nada es permanente. Por buena o mala que sea una situación ahora, cambiará.
9. Centrarse en el presente.
Las personas a menudo se obsesionan con el pasado y el futuro. Pero la vida está sucediendo ahora mismo. No puedes aprender algo o recordar algo que está sucediendo ahora si tu mente está atascada en otro momento.
Toma aproximadamente ocho segundos de enfoque intenso procesar una nueva información en tu memoria a largo plazo. Así que no dejes que tu vida y tu mente se desvanezcan. En lugar de detenerte en el pasado o preocuparse por el futuro, practica estar y vivir en el momento presente. Recuerda, ahora mismo es el único momento garantizado para ti. Ahora mismo es la vida. No te lo pierdas
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