Mientras que muchos de nuestros hermanos y hermanas alrededor del mundo luchan contra el problema del hambre y sufren por la falta de abundante comida, debemos sentirnos agradecidos con el amoroso Padre por mantenernos privilegiados. Antes de la cena, siempre debemos decir nuestras oraciones y expresar nuestra sincera gratitud.
Aquí Hay Oraciones Edificantes Para La Cena
-Oh Padre, gracias por bendecirnos y darnos el regalo de una cena suntuosa y deliciosa. Gracias por considerarnos dignos de recibir sus graciosas ofrendas. Tu generosidad infinita siempre se ha producido para nuestras necesidades y comodidad, y te estamos muy agradecidos por ello.
-Querido Señor, antes de sentarnos a cenar, te ruego en nombre de toda la humanidad. Bendícenos a todos para que todos puedan tener comida y nadie tenga que sufrir problemas de hambre. Sana a cada uno de sus debilidades y defectos y derrama tu gracia sobre todos nosotros.
-Dios todopoderoso, hemos tenido la suerte de ser consolados por tu compasión, y estamos protegidos por tu amor que reside en nuestra alma y llena nuestros corazones y mentes de una alegría sin fin. Oro para que este amor se extienda a todos para que todos puedan experimentar tu divina compasión.
-Padre Amado, te pido que bendigas a cada persona que se ha reunido a mi alrededor en esta mesa. Les agradezco por darnos la posibilidad de cenar juntos e interactuar entre nosotros. Gracias por permitirnos revivir los momentos felices de un compañerismo sano y divertido.
-Amado Creador, gracias por el don de la comunión en esta mesa. Todos les agradecemos las graciosas bendiciones que hemos recibido de ustedes como individuos y también colectivamente como humanidad. Gracias por unirnos a todos y unir nuestros corazones y mentes en tu graciosa y amorosa bondad.
-Amable Gran Dios, te pedimos que bendigas nuestros corazones para que podamos ser dignos hijos tuyos y cumplir el propósito de esta vida creando un gran cambio en las familias, comunidades y condados. Permítenos devolverte la gloria como muestra de nuestra gratitud.
-Salvador Amado, mientras nos sentamos a cenar hoy, nuestros corazones se llenan de gratitud y respeto por tu Espíritu Santo. Gracias por mostrarnos siempre el camino correcto y cómo se debe seguir. Te rogamos que liberes nuestra mente de las incertidumbres que la perturban.
-Bendito Santo Todopoderoso, te rogamos por determinación. Que haya fuerza y confianza en todos nuestros esfuerzos. Con una alimentación adecuada y una buena noche de sueño, debemos preparar nuestros cuerpos y mentes para trabajar más duro mañana. Gracias por enseñarnos la forma correcta de equilibrar nuestras vidas.
-Oh Buen Padre, gracias por mantenernos privilegiados con alimentos saludables en un mundo donde miles están luchando contra el problema del hambre. Gracias por llenar nuestros corazones de una fe incuestionable en un mundo donde muchas personas viven con miedo y no tienen la libertad de expresarse abiertamente.
-Gracioso Maestro, miro a mi alrededor en esta hermosa mesa y me encuentro rodeado de mis seres más queridos, mi familia y amigos. Esto me hace sentir más agradecido contigo por bendecirme con la calidez del compañerismo en un mundo donde muchas personas sufren de soledad.
-Oh Señor Amado, te pido que bendigas la comida que se ha puesto en esta mesa antes de que la compartamos entre nosotros. Le agradezco que haya enviado a las personas que han cocinado esta comida y nos la han servido. Bendice sus manos y dales toda la gracia.
-Amado Dios Celestial, te rogamos que alimentes nuestras almas espiritualmente desfavorecidas. Ayúdanos a apreciar el pan de vida y evocar el espíritu de bondad y honestidad en nuestras almas para que podamos hacer nuestra parte en el mundo para traer gloria a tu Santo Nombre.
-Querido Gran Protector, en esta mesa, te ruego que bendigas la boca por la que hablamos y las manos por las que actuamos. Bendice nuestros corazones para que solo podamos hablar palabras amables entre nosotros y nunca actuar con dureza o comportarnos con rudeza entre nosotros.
-Precioso Amado Creador, en un mundo donde el hambre es uno de los mayores problemas que asolan a un país ya sus habitantes, oremos por la humildad. Cuídanos para que podamos ser humildes mientras comemos aquí, recordando que estamos recibiendo este privilegio por tu gracia.
-Oh Bondadoso Señor, muchas personas en todo el mundo sufren de aislamiento. No tienen amigos o sus corazones están demasiado dañados para interactuar con la gente. Por eso, te pido que me permitas honrar el don de la amistad que tengo. Permíteme siempre honrar a mis amigos con respeto.
-Padre bueno, siempre has obrado por nuestra redención con bondad, y hemos sido librados de todo mal causado por tu amor incondicional. Tu toque es puro y magnífico, por lo que te rogamos que vengas a esta mesa y toques cada comida y bebida que tenemos.
-Oh Gran Maestro, gracias por permitirnos tener nuestra parte de esta deliciosa cena. Te rogamos por una causa más grande y te pedimos que seas misericordioso con nosotros y bendigas nuestras almas para que también podamos compartir un lugar seguro en esta vida eterna.
-Bendita Deidad, te pedimos que bendigas este alimento que tenemos como cena. Que este alimento sea fuente de nuestra fuerza física, restaurando la energía que hemos perdido y dando nuevo vigor a nuestros miembros cansados. Deja que proporcione nutrición tanto al cuerpo como a la mente.
-Amado Señor Todopoderoso, te pedimos tu toque divino en nuestras bebidas para que puedan restaurar nuestras almas desgastadas e infundir vida a nuestro Espíritu como una máquina. Deja que nuestros corazones sean tocados por tu mágico calor a través de este bendito alimento para que hasta el más frío de los corazones se vuelva sensible.
-Oh Santo Padre, te rogamos que refresques nuestros cuerpos y mentes a través de esta cena. Deja que nuestras almas se preparen con fuerza y humildad para que podamos trabajar en nuevas formas para darte gloria y expresarte gratitud por todo lo que has hecho.
-Salvador Amado, tú has creado esta hermosa tierra. Eres nuestro Padre supremo, y tu glorioso Espíritu nos ha bendecido con todo el bien del mundo. Mientras comemos esta cena, recordamos tu magnífica existencia en nuestros corazones y el cuidado incondicional con el que hemos sido bendecidos.
-Querido Gran Maestro, que todos los que comen este alimento sean bendecidos por tu Espíritu Santo y les concedas tu amor constante para que sus cuerpos se fortalezcan y crezca su cariño y respeto por ti. Te rogamos que nos mantengas a todos unidos en tu Espíritu para siempre con el mismo amor.
-Oh Gran Dios, te rogamos que evoques el espíritu de generosidad y bondad en esta mesa. Ayúdanos a aprender el valor de compartir y cuidar a los demás para que podamos contagiar la alegría que has puesto en nuestros corazones. Permítenos experimentar una mayor alegría.
-Ser celestial, permítenos sentir tu divina presencia alrededor de esta mesa y pensar en esta ocasión como una oportunidad para reunirnos con nuestros seres queridos en tu vínculo compasivo. Consideremos esta cena como una celebración de tu Espíritu gozoso que se refleja en nuestras almas.
-Padre Amado, gracias por reunirnos en la mesa del comedor. Esto nos ha dado el alcance para resolver viejas disputas y evaluar la importancia de la amistad en nuestras vidas. Bendícenos para que podamos seguir siendo así por siempre y vivir en el Espíritu de la armonía.
-Precioso Gran Creador, miro este alimento, y refleja el amor y el cuidado que nos tienes. Me recuerda que tú eres el Dador y que siempre proveerás para nuestras necesidades, incluso antes de que te lo pidamos. Gracias por mantener nuestros cuerpos nutridos y el contenido de nuestro corazón.
-Oh Poderoso Protector, antes de sentarnos a cenar, hacemos una pausa por un momento y agregamos un tiempo en oración a tu Espíritu Santo, agradeciéndote por todas las buenas bendiciones que hemos recibido de ti eternamente. Gracias por alimentarnos con cosas buenas y saludables para la cena.
-Santo Padre, a mi corazón le da una inmensa alegría y satisfacción recordarme que no solo nuestros cuerpos se renuevan con la comida que tenemos, sino que nuestras almas también se nutren constantemente del Espíritu de compasión y humildad que nos has dado. Te damos todos los elogios.
-Oh Bendito Señor, te estamos agradecidos por cada artículo colocado en esta mesa. Te rogamos que estés presente mientras comemos para que el sentido de tu divinidad pueda agregar un sabor extra a esta suntuosa comida. Permítenos tener esta cena en tu Nombre.