10 Cosas Para Recordar Antes de Tomar Las Cosas Muy a Pecho

tomar las cosas de manera personal

Permíteme compartir contigo tres historias rápidas y algunas lecciones que cambian vidas:

  • Esta mañana, en una parada de tren cerca del hospital, se subieron un hombre y sus tres hijos pequeños. Los niños estaban necios y completamente fuera de control, corriendo de un extremo del vagón al otro. Un pasajero molesto sentado a mi lado miró al hombre y preguntó: “¿Hay alguna razón por la que deje que sus hijos se vuelvan locos en este momento?”. El hombre levantó la vista con lágrimas en los ojos y dijo: su madre no se va a salvar. Lo siento, solo estoy tratando de pensar antes de sentarnos en casa para hablar de esto”. 

    Dos de mis excompañeros de trabajo se rieron de mí el año pasado cuando les dije que soñaba con abrir mi propia peluquería. Cuando hablé contigo dijiste algo así: “He conocido a algunas personas que fueron tras sus sueños y tuvieron éxito. Una cosa que todos tenían en común era que se reían de ellos en el proceso”. Ese consejo realmente me empujó hacia adelante. Y me enorgullece decir que abrí mi salón hace casi seis meses y que el negocio realmente está despegando. Pero pensar que casi no lo hice… ¡casi me tomo en serio la negatividad de mis excompañeros de trabajo!

  • Hoy uno de mis clientes habituales, un anciano realmente rosca izquierda que ha estado comiendo en nuestro restaurante todas las mañanas durante casi cinco años, me dejó $ 1,000 en efectivo por su desayuno de $7. Junto al efectivo dejó una pequeña nota que decía: “Gracias, Cristina. Sé que no he sido la sonrisa más brillante de tu vida, pero tu sonrisa y tu servicio hospitalario a lo largo de los años me dieron algo que esperar cada mañana después de que mi esposa falleciera. Quería darte las gracias. Me mudaré a ocho horas de aquí esta misma tarde para ir a vivir con mi hijo y su familia. Que el resto de tu vida sea mágico”.

Si hay una cosa que tienen estas historias es la importancia de no tomar las cosas demasiado personal.

El padre en el tren no estaba tratando deliberadamente de molestar a otros pasajeros, estaba pensando en una de las realidades más difíciles de su vida. 

Esos excompañeros de trabajo realmente no se reían despiadadamente, simplemente estaban actuando desde dentro de los límites de sus propias visiones limitadas. 

Y ese gruñón y anciano cliente era solo un hombre humilde y desconsolado. 

En cada historia, las palabras y acciones del sujeto fueron sobre ELLOS, no sobre otros. Y aunque las personas a su alrededor pueden tomar su comportamiento molesto, negativo y gruñón personalmente, no tiene nada de personal. Piénsalo…

¿Con qué frecuencia has tomado las cosas demasiado personal?

Si eres como el resto de nosotros, y eso está bien, probablemente haya sido con bastante frecuencia.

¿Pero por qué?

¿Por qué siempre nos tomamos las cosas de manera personal?

Tomamos las cosas de manera personal por la tendencia que todos tenemos de ponernos en el centro y ver todo: cada evento, conversación, circunstancia, etc., desde el punto de vista de cómo se relaciona con nosotros mismos. 

Y esto puede tener todo tipo de efectos adversos, desde sentirse lastimado cuando otras personas son groseras, hasta sentir pena por nosotros mismos cuando las cosas no salen según lo planeado, hasta dudar de nosotros mismos cuando no somos perfectos.

Pero no estamos realmente en el centro de todo. Así no es como funciona el mundo. Simplemente a veces nos parece así. 

Echemos un vistazo rápido a algunos ejemplos:

Alguien irrumpe en la habitación de mala manera, con mal humor y llevándose todo, y se dirige a nosotros de una manera muy grosera. Inmediatamente pensamos para nosotros mismos: “¿Qué está pasando aquí? No merezco ser tratado así. ¡No se te ocurra atreverte…!” Y nos quedamos agitados, ofendidos y enojados. 

Pero la verdad es que el comportamiento de la otra persona tiene muy poco que ver con nosotros. Se enojaron con algo fuera de la habitación, y ahora están desahogando sus frustraciones. Simplemente estamos en el lugar equivocado en el momento equivocado. 

Esta realidad no justifica su comportamiento grosero, pero debes ser conscientemente reconocida para que no desperdiciemos toda nuestra energía mental posicionándonos en el centro de la situación y tomando todo personalmente.

Ahora, supongamos por un momento que las acciones de una persona realmente parecen relacionarse directamente con nosotros: sin querer hicimos algo que molestó a alguien, y ahora están reaccionando muy groseramente con nosotros. 

Una situación como esta puede parecer personal, pero ¿es realmente así? ¿Es la magnitud de su reacción grosera todo sobre nosotros y lo único que hicimos para desencadenarlos? 

No, probablemente no. Se trata principalmente de una declaración sobre las reacciones, juicios rápidos, problemas de ira y expectativas del universo de la otra persona. Nuevamente, somos solo una pequeña parte de una historia mucho más larga.

Y de la misma manera, cuando alguien más nos rechaza, nos ignora, no nos llama cuando dijeron que lo harían, no muestran que les importas, etc.… Estas reacciones tienen mucho menos que ver con nosotros que con el historial de problemas personales de esa persona.

Pero debido a que vemos todo a través de unos lentes de cómo nos afecta, unos  lentes que hace un mal trabajo al ver el panorama general. Tendemos a reaccionar a las acciones y palabras de todos los demás como si fueran un juicio personal o una declaración sobre nosotros. 

Por eso la ira de otras personas nos hace enojar. La falta de respeto de otras personas nos hace sentir indignos. La infelicidad de otras personas nos hace infelices. Y así continúa…

Si estás asintiendo con la cabeza a algo de esto es hora de…

¡Recuérdate de la verdad!

Lo que otras personas dicen y hacen, y la actitud que llevan, rara vez tiene algo que ver contigo. 

Las reacciones y comportamientos de las personas se refieren a sus perspectivas, heridas y experiencias. 

Si las personas lo tratan como si fuera increíble o si actúan como si fuera lo peor. 

Se trata más de ellos y de cómo están viendo el mundo en un momento dado.

Ahora es cierto que no estoy sugiriendo que debamos ignorar por completo todos los comentarios y la información que recibimos de los demás. 

Simplemente digo que un porcentaje significativo del dolor emocional, la decepción y la tristeza en nuestras vidas proviene directamente de nuestra tendencia a tomar las cosas demasiado personal.

En la mayoría de los casos es mucho más beneficioso y saludable dejar de lado las creencias y comportamientos de otras personas y operar con tu propia intuición y sabiduría como guía.

Y eso requiere práctica. Mucha práctica.

La clave está en recordarte a ti mismo para desviar con gracia la negatividad sin sentido que te rodea. 

Cuando sientas que la negatividad viene hacia ti, dale un pequeño empujón hacia atrás con un pensamiento como: “Ese comentario (o gesto) no se trata realmente de mí, se trata de ti”. 

Recuerda que todas las personas tienen problemas emocionales con los que están lidiando (como tú), y a veces los hace desafiantes, groseros y francamente irreflexivos. 

Están haciendo lo mejor que pueden, o ni siquiera son conscientes de sus problemas. Igual puedes aprender a no interpretar sus comportamientos como ataques personales y, en cambio verlos como encuentros no personales (como un perro ladrándole a un gato a lo lejos) a los que puedes responder con gracia o no responder del todo.

Pero de nuevo, esto no es natural: NO tomar las cosas personalmente es una habilidad para perfeccionar.

Para ayudarte a practicar te recomiendo almacenar los siguientes recordatorios en un lugar de fácil acceso (quizás marcando este artículo en su teléfono), y luego leerlos (y releerlos) cada vez que te sorprendas tomando las cosas personalmente.

  1. La calma es un superpoder. La capacidad de no reaccionar de forma exagerada o tomar cosas personalmente mantiene tu mente despejada y tu corazón en paz. 
  2. Incluso cuando parece personal, rara vez las personas hacen cosas por ti, hacen cosas por ellos. 
  3. Es posible que no puedas controlar todas las cosas que las personas te dicen y te hacen, pero puedes decidir no verte reducido por ellas.
  4. Hay una gran cantidad de libertad que te llega cuando te separas de las creencias y comportamientos de otras personas. La forma en que la gente te trata es su problema, la forma en que reaccionas es tuya. 
  5. Muchas veces las personas hacen y dicen cosas porque han sido condicionadas a ellas, no porque lo quieran conscientemente. 
  6. No puedes controlar cómo las personas reciben tu energía. Lo que sea que alguien interprete, o proyecte sobre ti, es al menos parcialmente un problema con el que ellos mismos están lidiando. 
  7. Tómate en serio las críticas constructivas, pero no de manera personal. Pondera lo que escuchas de los demás contra lo que sabes que es verdad en tu corazón. 
  8. Si estás dispuesto a ver el comportamiento de otras personas como un indicador de su relación con ellos mismos, entonces inevitablemente tomarás las cosas menos personalmente. 
  9. Si realmente deseas mejorar tu autoconfianza, autoestima y autovalía, deja de permitir que las otras personas sean los responsables de ellas. Deja de permitir que otras personas dominen tus emociones. 
  10. Todas las personas más frías y difíciles que conoces fueron tan suaves como un bebé. Y esa es la tragedia de vivir. Entonces, cuando la gente es grosera, sé amable, sé consciente, sé lo mejor que puedas. Da a los que te rodean el “descanso” que esperas que el mundo te brinde en tu propio “mal día” y nunca jamás lo lamentarás.


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