En medio de un ataque de ansiedad en mi cumpleaños número 29, tuve que admitirlo.
El mundo de posibilidades que una vez sentí ahora parecía muerto dentro de mí.
Las bastantes lecciones, pérdidas y fracasos que sufrí en la vida me forzaron a darme cuenta de la manera más difícil.
Quería sentirme ligero, libre, ambicioso y apasionado de nuevo pero no sabía cómo salir adelante en la vida.
Para mi suerte tengo una madre sabia que me dio un buen consejo.
Ella me dijo que todavía podía ver a un joven positivo y apasionado dentro de mí, pero que necesitaba hacer un examen de conciencia para volver a conectarme con él.
Cuando intenté seguir el consejo de mi madre recordé que ella tenía dos citas escritas colgadas en la pared de su habitación cuando era yo un niño:
- “Acepta lo que es, suelta lo que era y ten fe en tu viaje”.
- “No tengas miedo de caminar solo por el camino menos transitado, recuerda que todo lo puedes con Dios que te fortalece”.
Así que volví a escribir esas dos citas, tal como las recordaba, y las coloqué en la pared sobre mi escritorio. Despertaba a reflexionar todas las mañanas. Me ayudaron a mantenerme centrado.
También di pequeños pasos, día tras día, hasta que supe que finalmente me estaba moviendo por el camino correcto otra vez.
Para cualquier otra persona que se sienta estancada en la vida y sin un conocimiento real de cómo dar el siguiente paso, estas son 3 lecciones prácticas que me mantuvieron avanzando cuando decidí que era hora de un cambio.
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Espero que también te ayuden con tu realidad actual.
1. Práctica pensar mejor sobre ti mismo.
Tienes que admitir que has pasado gran parte de tu vida subconscientemente, menospreciándote.
Pensando que no eres suficiente.
Tratando de ser otra persona.
Alguien que encaja.
Alguien que es menos sensible.
Menos necesitado. Menos defectuoso. Menos Tú.
Porque te sentías inseguro y no querías asustar a la gente.
Querías caer bien. Querías dar una buena impresión. Querías ser visto como digno y adorable. Para que pudieras sentirte parte de la manada.
Y así durante mucho tiempo, detrás de una fachada de sonrisas falsas, te has traicionado sin darte cuenta con el propósito de complacer a todos los demás.
Y durante mucho tiempo, tu corazón ha dolido. Pero ahora estás en un punto donde ves las cosas de manera diferente. La angustia ya no vale la pena.
El menospreciarse por un día más simplemente no tiene ningún sentido. ¿Me sigues?
Y más que eso, ahora te das cuenta de que no importa lo que hagas o cómo cambies, algunas personas nunca estarán contentas de todos modos.
Ahora te das cuenta de que tienes que empezar a hacer las cosas por las razones correctas.
No porque sea lo que crees que todos los demás necesitan, sino porque finalmente te conoces a ti mismo para ser digno de tu propia atención y amor.
No porque otras personas te aprueben, sino porque estás respirando tu propio aire, pensando tus propios pensamientos y ocupando un espacio que nadie más podría tener.
¡Sí, en verdad eres digno! Tus ideas son dignas. Tus sentimientos son dignos. Tus necesidades son dignas.
Y debes ser quien eres sin la validación constante de todos los demás, y vivir tu verdad. Incluso si hace que la gente se aleje.
Incluso si eso significa caminar solo por el camino menos transitado por un tiempo.
¡Incluso si tu propia confianza en ti mismo ha sido sacudida!
Escuchame, la verdadera batalla está siempre en tu mente. Y tu mente está bajo tu control, no al revés.
Es posible que hayas sido destruido por la adversidad, el rechazo o el estrés, pero Tú no estás roto. Así que no dejes que otros te convenzan de lo contrario.
Y tampoco dejes que tu mente se quede con lo mejor de ti. Cúrate a ti mismo al negarte a menospreciarte.
Elige ocupar un montón de espacio positivo en tu propia vida hoy. Elige darte permiso para satisfacer tus propias necesidades.
Elige honrar tus sentimientos y emociones. Elige hacer que el amor propio y el desarrollo personal formen parte de tus hábitos diarios…
Elige pensar mejor sobre ti mismo para que puedas vivir mejor a pesar de la ansiedad que ahora sientes.
2. Acepta conscientemente el hecho de que tú eres más que la única parte rota de ti.
Cuando los tiempos son difíciles y una parte de ti se siente destrozada, es fácil sentir que todo esta mal, pero eso no es cierto.
Todos tenemos esta imagen en nuestras mentes de nosotros mismos. Esta idea de qué tipo de persona somos. Cuando esta idea es dañada o amenazada, tendemos a reaccionar de manera defensiva e irracional.
La gente puede dudar si hicimos un buen trabajo o no, y esto amenaza nuestra idea de ser una persona competente, por lo que nos enojamos o nos sentimos heridos por las críticas.
Alguien nos acusa falsamente de algo y esto daña nuestra idea de que somos una buena persona, por lo que nos enojamos y atacamos a la otra persona, o nos encogemos de hombros y sufrimos. Y la lista continúa…
Pero lo más loco es que muchas veces somos en realidad los que nos hacemos daño y nos amenazamos con negatividad y falsas acusaciones…
Esta mañana luchaba por motivarme para trabajar en un nuevo proyecto creativo que he estado postergando, por lo que mi identidad de mí mismo como alguien que siempre es productivo y motivado y tiene grandes ideas de repente se vio atacado.
Cuando me di cuenta de que no estaba haciendo las cosas, me sentí terriblemente afligido y molesto porque empecé a preocuparme inconscientemente de no ser quien pensaba que era.
Me sentí como un vago.
Mi solución fue darme cuenta de que no soy una sola cosa:
- No siempre soy productivo, a veces lo soy, pero a veces también soy improductivo.
- No siempre estoy motivado, a veces lo estoy, pero otras veces soy un poco perezoso.
- Y, obviamente, tampoco siempre tengo grandes ideas, porque eso es imposible.
La verdad es que puedo ser muchas cosas, y recordar esto me ayuda a estirar mi identidad para que no sea tan frágil, por lo que no se rompe completamente cuando se astilla una pequeña parte.
Entonces no importa si alguien piensa ocasionalmente que no hice un buen trabajo, o si a veces me sorprendo a mí mismo por no hacer un buen trabajo, porque no siempre hago un buen trabajo.
Yo cometo errores. Soy menos que perfecto. Igual que tú, y eso está perfectamente bien.
3. Cambia, evoluciona, y comienza de nuevo cuando debas.
“¡Para atras nunca, ni para cojer impulso!”
Desafortunadamente, esa es una mentira que muchos de nosotros tenemos hasta el amargo final.
La idea que comenzar de nuevo es algo malo, está directamente en el tejido del sistema educativo de nuestra sociedad. Vamos a la universidad cuando tenemos 17 o 18 años, y básicamente tenemos el reto de elegir una trayectoria profesional con la que estemos contentos durante los próximos 50 años. “Pero, ¿qué pasa si elijo mal?” Recuerdo mis dudas días antes de seleccionar la carrera.
Pero a lo largo de los años, a través de episodios de fracasos y dificultades, he aprendido la verdad a través de la experiencia: puedes cambiar de camino cuando lo desees, y muchas veces es absolutamente necesario que lo hagas.
Sí, empezar de nuevo y hacer cambios sustanciales en tu vida es casi siempre factible. Por supuesto no será fácil pero tampoco estás estancado en una carrera de por vida que elegiste ingenuamente cuando eras adolescente. Y tampoco es aferrarse a algo que no debes ser, o algo que ya se ha ido.
La verdad es que nadie gana un juego de ajedrez solo avanzando. A veces tienes que moverte hacia atrás para ponerte en una posición para ganar.
Y esta es una metáfora perfecta para la vida. A veces, cuando parece que te encuentras en un callejón sin salida tras otro, en realidad es una señal de que no estás en el camino correcto.
Tal vez estabas destinado a girar a la izquierda cuando giraste a la derecha, y eso está perfectamente bien. La vida gradualmente nos enseña que se permiten giros en U. ¡Así que date la vuelta cuando debas! Hay una gran diferencia entre rendirse y volver a empezar en la dirección correcta.
Y hay tres pequeñas palabras que pueden liberarte de tus errores y arrepentimientos pasados, y hacer que vuelvas a encarrilarte. Estas palabras son: “De ahora en adelante…”
Así que… De ahora en adelante, ¿qué debes hacer?
Cualquier cosa. Algo pequeño. Siempre y cuando no te sientes en tu asiento, atado a un destino que no es el tuyo. Si lo arruinas, vuelves a empezar. Intenta algo más.
¡Suelta y crece!
Una de las lecciones más difíciles de la vida es dejar ir, ya sea culpa, ira, amor o pérdida. Cambiar nunca es fácil: luchas para mantenerte y luchas para dejarlo ir. Pero dejar ir es generalmente el camino más saludable hacia adelante.
Elimina los pensamientos y elecciones tóxicos del pasado y allana el camino para hacer el uso más positivo del presente. Tienes que liberarte emocionalmente de algunas de las cosas que alguna vez significaron mucho para ti, para que puedas superar el pasado y el dolor que te causa.
Se requiere un esfuerzo para dejar ir y volver a enfocarte, ¡pero vale la pena el esfuerzo que puedas reunir!
Y muchas veces dejar ir es estrictamente sobre cambiar las etiquetas que colocas en una situación. Es mirar la misma situación con ojos nuevos y una mente abierta, y luego sacar lo mejor.
Es pensar mejor sobre el pasado y el presente, y luego construir pequeños hábitos que cambien tu vida para que puedas comenzar de nuevo y vivir mejor en el futuro.
4. Deja ir las cosas que no necesitas.
La mayoría de nosotros terminamos estableciéndonos en alguna parte de nuestra vida. Soltamos ciertos ideales y sueños, nos comprometemos y hacemos concesiones.
Poco a poco aprendemos que no podemos tener todo lo que queremos, porque no todos los resultados en la vida se pueden controlar perfectamente.
Pero si prestamos mucha atención, también aprendemos que podemos sacar lo mejor de cada resultado, y aun así obtener mucho de lo que queremos en la vida, si administramos nuestro tiempo, energía y actitud de manera adecuada.
Y estas realizaciones colectivamente llevan a una pregunta interesante:
¿Cuándo debes establecerte, o comprometerte, y cuándo debes continuar luchando duro por lo que idealmente deseas lograr?
No hay una respuesta única para esta pregunta, pero cuando te encuentras con una situación que te obliga a elegir entre comprometerse y luchar contra la oposición, también puede ser útil preguntarse:
“¿Realmente necesito esto, o solo lo quiero?”
Ser capaz de distinguir las necesidades de los deseos es esencial en todos los ámbitos de la vida. Nunca abandones un resultado que realmente necesitas en tu vida. Pero se medio flexible con los resultados que deseas pero podrías vivir normal sin ellos.
En otras palabras, elige sabiamente tus batallas y no permitas que “perfecto” se convierta en el enemigo de “grande”. Recuérdate que a lo que prestas atención crece. Así que concéntrate en lo que realmente importa y suelta lo que no.
No renuncies al 50% de tu vida trabajando 50 horas a la semana en un día de trabajo que te haga sentir absolutamente miserable.
No abandones tu cordura por las razones equivocadas. No descuide las metas y los sueños de toda la vida que han superado las pruebas del tiempo y aún le brindan un significado increíble a tu vida.
¡Si realmente necesitas algo lucha duro por ello!
Pero para todo lo demás, suelta un poco… Tranquilo.
Pauta tener menos de lo que no es esencial, para obtener más de lo que realmente necesita y deseas en la vida.
5. Aceptar y abrazar el malestar diario, por las razones correctas.
El malestar es una forma de dolor, pero no es un dolor profundo, es un dolor superficial. Es la sensación que tienes cuando sale de tu zona de confort.
Por ejemplo: La idea de hacer ejercicio en la mente de muchas personas. Trae incomodidad, por lo que no lo hacen. Comer una ensalada de espinacas y col rizada trae malestar también. Lo mismo ocurre al meditar, concentrarse en una tarea difícil o decir “no” a los demás.
La clave para comprender es que la mayoría de las formas de incomodidad realmente nos ayudan a crecer en nuestro ser más fuerte e inteligente.
Pero muchos de nosotros fuimos criados por padres amorosos que hicieron tanto para que nuestra infancia se sintiera cómoda, que crecimos inadvertidamente para creer inconscientemente que no necesitamos incomodidad en nuestras vidas.
Y ahora le salimos huyendo constantemente. El problema con esto es que, al huir de la incomodidad, estamos obligados a participar solo en las actividades y oportunidades dentro de nuestras zonas de comodidad.
Y dado que nuestras zonas de confort son relativamente pequeñas, nos perdemos la mayoría de las experiencias más sanas y mejores de la vida y nos quedamos atrapados en un ciclo debilitante.
Vamos a usar la dieta y el ejercicio como ejemplo:
- Primero, nos volvemos unhealthy porqué comer alimentos saludables y hacer ejercicio nos hace sentir incómodos, por lo que optamos por comer alimentos por costumbre y mirar la televisión/PC en automático.
- Pero luego, no tener salud también es incómodo, por eso buscamos distraernos de la realidad de nuestros cuerpos chanchitos al comer más alimentos poco saludables y ver más entretenimiento poco saludable, y al ir al centro comercial a comprar cosas que realmente no queremos o necesitamos. Y nuestra incomodidad empeora.
El simple hecho de aceptar un poco de incomodidad todos los días, y de dar un pequeño paso a la vez, puede resolver la mayoría de nuestros problemas comunes y hacer que nuestra mente sea más feliz, más sana y más fuerte a largo plazo. (Sorpresa!)
Es difícil yo lo sé. ¡Realmente muy difícil a veces! No hay ninguna persona en el mundo capaz de manejar impecablemente cada golpe que se les lance. No es así como estamos hechos.
Estamos hechos para estar molestos, tristes, heridos, tropezar y caer a veces. Porque eso es parte de la vida: enfrentar la incomodidad, aprender de ella y adaptarse a lo largo del tiempo. Esto es lo que finalmente nos moldea en la persona en que nos convertimos.
Entonces, cuando te encuentres envuelto en aislamiento y no puedas salir de la oscuridad, recuerda que esto es similar al lugar donde las orugas van a crecer sus alas. El hecho de que hoy sea incómodo y estresante no significa que mañana no sea maravilloso. Solo tienes que llegar allí.
6. Cambia tu mantra de “Tengo que ser mejor” a “Haré lo mejor que pueda hoy”.
Las metas son importantes. Todos los viajes de cambio deben comenzar con un objetivo. Y también debes tener determinación para alcanzar tus metas.
Ahora, ¿qué crees que sucede cuando estás demasiado determinado, u obsesionado con un objetivo? Empiezas a alimentar otra creencia: quién eres en este momento no es lo suficientemente bueno.
Años atrás, me había vuelto demasiado obsesivo en mis esfuerzos por meditar. A medida que crecía mi interés en la meditación, comencé a decirme cada vez más a mí mismo: “No soy lo suficientemente bueno” y “Tengo que ser mejor en esto”.
Comencé a notar varias imperfecciones en mi interior que debían ser “corregidas”.
Mis esfuerzos exagerados por meditar por largos períodos de tiempo abrieron las puertas a muchas autocríticas y estrés. Pero me di cuenta de que mi obsesión por la meditación me había hecho olvidar uno de los objetivos básicos de la meditación: la auto aceptación.
Así que la conclusión es esta: tienes que aceptarte a ti mismo como eres y luego comprometerte con el crecimiento personal. Si crees que ya es absolutamente “perfecto”, no harás ningún esfuerzo positivo para crecer.
Pero criticarte constantemente es tan contraproducente como no hacer nada, porque nunca serás capaz de generar nuevos cambios positivos en tu vida cuando estés obsesivamente concentrado en tus defectos.
La clave es recordarte que ya eres lo suficientemente bueno. Solo necesitas más practica Cambia tu mantra de “Tengo que ser mejor” a “Hoy haré lo mejor que pueda”.
El segundo mantra es mucho más efectivo porque en realidad te pide que tomes medidas positivas todos los días y al mismo tiempo acepta la realidad de que todo el esfuerzo puede no ser perfecto.
7. Sé consciente.
Mindfulness (atención plena) como un ritual diario es el desafío y la práctica final. Es una forma de vivir, de ser, de ver, de aprovechar todo el poder de tu humanidad.
¿Listo para comenzar?
Es simple, pero lejos de ser fácil. Práctica…
- Se consciente de lo que está sucediendo en el momento presente sin desear que fuera diferente.
- Disfrutar cada experiencia placentera sin aferrarse cuando cambie (lo que sucederá)
- Estar con cada experiencia desagradable sin temer siempre será así (que no lo hará)
Ritualiza este tipo de atención en tus rutinas diarias y, sin duda, cambiarás la forma en que pasas el resto de su vida.
8. Encuentra algo por lo que estar agradecido en el momento presente, a pesar de la situación.
La felicidad no siempre nos hace sentir agradecidos, pero la gratitud siempre nos ayuda a sonreír.
Algunos pueden decir que es un cliché, pero no lo es. La gratitud es la base. Y la felicidad es simplemente la experiencia sagrada de vivir con un corazón genuinamente agradecido.
Expresar gratitud es tan simple, ¿no? ¿Cómo podría hacer una diferencia tan grande?
Sí, ser agradecido parece bastante simple, pero un estado mental de agradecimiento es increíblemente difícil de mantener cuando la vida nos decepciona.
Y ese es el truco: cuando nos sentimos deprimidos y decepcionados, es exactamente cuando una dosis de gratitud es más poderosa.
Entonces, ¿cuál es el mejor enfoque?
Estar agradecido comienza con estar presente.
No puedes apreciar tu vida cuando no le prestas atención.
Y la verdad es que hacemos que nuestras situaciones presentes empeoren mucho cuando repasamos las situaciones pasadas difíciles en nuestras cabezas (“¿Cómo pudo haberme hecho eso?”). O cuando reflexionamos sobre todas las situaciones que podrían ser problemáticas en el futuro cercano (“¿Y si me engaña?”).
En el momento presente, nuestra situación real rara vez es tan complicada como lo creemos. Y podemos enfrentar este momento con gracia y gratitud… Si realmente podemos permanecer en el presente.
Cuando nuestra mente se adentra en el pasado o especula sobre el futuro, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para mantener los pies en la tierra, y luego volver a concentrarnos en el presente.
Una vez que regresemos, la clave es aceptar el momento tal como es. Nuestra realidad puede arruinarnos si lo negamos y combatimos… O podemos aceptarla por lo que es, estar agradecidos y gradualmente hacer lo mejor posible.
Esto requiere práctica, por supuesto, porque la gratitud tiende a escapar de nosotros cuando nos sentimos decepcionados. Pero este es el mundo real, no un mundo ideal. Y tu realidad siempre contiene un adorno de belleza, si eliges verla.
Para mí superar las dificultades de la vida se ha vuelto mucho más fácil los últimos tiempos. En lugar de centrarme en lo arduo que es todo, he ritualizado la práctica de la gratitud en mi vida, y utilizo mis rituales de gratitud para encontrar destellos de esperanza y alegría en los pequeños pasos del progreso que hago todos los días.
Para ayudarte hagamos un ejercicio de gratitud:
Imagina que mañana despiertas solo con las personas y las cosas de las que estás agradecido de tener hoy.
9. Haz algo pequeño por otra persona: conviértelos en el centro de tu universo por un momento.
Lo he dicho antes y lo diré nuevamente, a veces todos tenemos la tendencia a situarnos en el centro del universo y ver todo desde el punto de vista de cómo nos afecta.
Y esto puede tener todo tipo de efectos adversos: desde sentir pena por nosotros mismos cuando las cosas no van exactamente según lo planeado, hasta dudar de nosotros mismos cuando no somos perfectos.
Sentirnos perdidos y solos con nuestros problemas cuando estamos teniendo una mala situación del Día o pasando por tiempos difíciles.
Así que cada vez que me sorprendo en el centro en un estado mental adverso, hago todo lo posible para cambiar mi enfoque brevemente, alejándome de mis propios problemas, y enfocándome en otras personas a mi alrededor en las que pueda ayudar.
Encontrar pequeñas formas de ayudar a los demás me saca de mi pensamiento egocéntrico. Luego ya no estoy solo en la autocompasión. Estoy empezando a pensar en lo que otros necesitan.
No estoy dudando, porque la cuestión de si soy lo suficientemente bueno no es ya la cuestión central. La pregunta principal ahora es sobre lo que otros necesitan.
Por eso pensar en los demás en lugar de en uno mismo ayuda a resolver los sentimientos de autoconciencia e insuficiencia, lo que a su vez hace que te sientas mucho menos derrotado y solo cuando luchas por hacer avanzar tu vida.
Es una de las grandes paradojas de la vida: cuando servimos a otros, terminamos beneficiándonos tanto o más que a los que servimos.
Así que siempre que te sientas un poco perdido o atascado con tus propios problemas, intenta cambiar tu enfoque de tus circunstancias a las circunstancias de quienes te rodean.
En vez de preguntar: “¿Qué me pasa?”, Pregunta: “¿Cómo puedo ayudar?” Encuentra a alguien que pueda usar una mano adicional y haz una oferta pequeña y razonable que no puedan rechazar. La perspectiva que obtengas al hacerlo te guiará hacia adelante.
Inicialmente experimente esta estrategia en la comunidad de la congregación de jóvenes, éramos un grupo de jóvenes de 25 años promedio buscándole sentido a la vida. Nuestros tutores o hermanos mayores siempre nos decían que hay más gracia en dar que recibir y que obrar para los demás trae alegría a los corazones de los involucrados.
Esta mañana, cuando me encontré luchando contra algunos conflictos internos, seguí el ejemplo de nuevo: di un pequeño paso hacia adelante… Solo encendí mi computadora, abrí un nuevo documento y escribí una sola frase.
Tal acción es tan pequeña que parece insignificante y tan fácil como para ser posible cuando me sentía down. Y me mostró que el siguiente paso era posible, y el siguiente… Y el resultado final es esta publicación que acabas de leer.
Sinceramente espero que te hayas beneficiado de alguna manera.
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