“La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices
y lo que haces están en armonía”. ”—Mahatma Gandhi
Cada día buscamos entender mejor el significado de nuestras vidas.
Soñamos con descubrir nuestros dones y lanzarlos completamente al mundo y esperamos encontrar la felicidad y la paz en el camino.
Para algunos de nosotros, la clave de estos deseos es clara, conduciendo lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Para otros, estas necesidades profundas están enterradas debajo del ruido de la vida diaria, debajo del ego, debajo del miedo, debajo de las presiones y normas que enfrentamos en la sociedad y rara vez se abordan.
1. Es imposible que alguien más te defina.
Eres indefinible. Eres el único en este mundo que puede decir quién eres. Las circunstancias y las opiniones de otros, solo pueden definirte si lo permites.
No regales tu poder y la magia de tu esencia al ponerle peso a las situaciones negativas en tu vida o a las palabras negativas de otras personas.
2. Naciste con todo lo que necesitas.
No te hace falta nada.
No hay necesidad de volverse desesperadamente más, ser más, hacer más u obtener más. Eres completo y recibiste todos los talentos y conocimientos que necesitas para prosperar en este mundo en el momento en que naciste.
Tu único trabajo es aceptar esta verdad y luego permitir que se desarrollen. Algunos regalos no se hacen evidentes hasta más tarde en la vida.
Algunas ideas solo se vuelven claras para ti una vez que tienes experiencias de vida que desbloquean tal sabiduría desde tu interior. Confía en esto y relájate.
3. La perfección es una ilusión hecha por el hombre.
Somos seres bellamente imperfectos operando en un mundo muy imperfecto y así es como debe ser. Luchar por la perfección es un objetivo vacío, uno que nunca se puede lograr.
La sociedad nos muestra imágenes manipuladas de la perfección constantemente en marketing, medios, opiniones y expectativas.
No te fíes de esta ilusión; solo te llevará a la oscuridad. Acepta tus caprichos, tus defectos y el hecho de que la vida a veces es una montaña rusa.
Lucha por la excelencia, ten altos estándares pero nunca confundas eso con el comportamiento paralizante del perfeccionismo.
4. Tú no eres tus pensamientos.
Tu mente no te define, ni te controla. No es quien eres.
Tan pronto como lo reconozca al observar sus pensamientos como un intrigado observador de terceros crearás una distancia instantánea de esos pensamientos y por lo tanto, ya no serás identificado ni esclavizado por ellos.
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5. Tus creencias pueden ser modificadas para elevarte.
Todo lo que creas que es verdad acerca de ti se convierte en tu realidad.
Tus creencias son patrones de pensamientos que se acumulan a lo largo de toda la vida. Son formas habituales de procesar el mundo que te rodea.
Si esas creencias no funcionan a tu favor, puedes cambiarlas.
¿Cómo?
De la misma manera, las creencias negativas se formaron, a través de pensamientos repetitivos que aceptaste ser la verdad.
Ingresa nuevas creencias que te eleven.
6. El pasado y el futuro no existen.
Ahora es el momento. El pasado es solo un recuerdo. El futuro es una proyección mental.
Puedes elegir quedarte en el pasado para aprender y reflexionar con alegría. Puedes elegir vivir en el futuro para la visualización y la planificación.
Pero cada vez que tu conciencia va al pasado o al futuro con pensamientos negativos está sofocando tu capacidad de prosperar en el único momento que tienes … El ahora.
El pasado y el futuro literalmente no existen en este momento.
7. Tu vocación en la vida es expresar plenamente quién eres.
No hay nadie en la faz del planeta que tenga lo que tienes.
Tu singularidad, en todos los aspectos, es tu regalo.
La vida te pide que seas tu para que puedas dejar tu huella en todos aquellos con los que te encuentres.
Nunca subestimes el poder de tu energía y la forma en que se extiende hacia afuera para afectar a los que te rodean si eres auténtico.
Honra tu intuición y actúa sobre todas tus inspiraciones.
8. Los desafíos son regalos para tu crecimiento.
Sin desafíos no puedes desbloquear todo tu potencial. Los obstáculos son oportunidades para el crecimiento.
El mundo necesita a plenitud quién eres y es a través de tus experiencias en la vida que te despliegas en esa plenitud.
¿Cómo puedes demostrar la fuerza de voluntad y la fuerza si nunca ha sido probada?
¿Cómo puedes imitar el amor y la compasión si nunca has enfrentado lo contrario?
Saber que hay un propósito superior en los tiempos oscuros es lo que te lleva a estar en paz en medio de esas tormentas sabiendo que eres un diamante que se está forjando bajo presión.
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9. Perdonar es elegir la felicidad sobre el dolor.
No perdonamos a los demás para liberarlos de la situación, la carga, la culpa o el arrepentimiento.
Perdonamos a los demás para liberarnos y caminar hacia la compasión y el amor al hacerlo.
Al liberarnos a nosotros mismos, nuestro nivel de energía aumenta, nuestra conciencia se eleva y los que nos rodean también se benefician.
Las palabras de perdón tienen un impacto positivo en aquellos a quienes perdonamos.
El perdón es una opción que nos permite ser felices nuevamente.
Esto se aplica tanto al perdón de los demás como al perdón de uno mismo.
10. Rendirse es la esencia de una vida feliz.
Dejar ir no es darse por vencido.
Dejar ir es entregar cualquier apego obsesivo a personas, resultados y situaciones particulares.
Rendirse significa presentarse a todos los días de tu vida con la intención de ser tu mejor versión y hacer lo mejor que puedas sin esperar que la vida siga un cierto camino.
Ten metas, sueña, aspira y toma acciones con propósito, pero despréndete de cómo debe ser la vida.
La energía de alguien que aspira a crear sus sueños, combinada con la rendición es mucho más poderosa y creativa que alguien determinada a crear resultados con una mentalidad desesperada de “debo tener”.
La entrega trae paz interior y alegría y no olvidemos que nuestras vidas externas son un reflejo de nuestro estado interior de ser.
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