“Estoy aprendiendo de la manera más difícil que lo más duro en la vida es simplemente dejar ir lo que creías que era real”.
Todos tenemos una idea en mente sobre cómo son las cosas, o cómo se supone que deben ser, y lamentablemente esto es lo que a menudo nos confunde y nos estresa más.
Date cuenta de esto.
A veces la vida no te da lo que QUIERES porque NECESITAS algo mejor.
Y lo que necesitas a menudo viene cuando no lo estás buscando.
No siempre lo entenderás, y eso está bien.
Justo cuando crees que no puede empeorar, empeora.
Y luego, cuando crees que no puede mejorar, mejora.
La clave es el desapego: dejar de lado la vida que esperabas, para que puedas aprovechar al máximo la vida que te espera.
No es fácil, pero vale la pena.
Aquí hay algunas estrategias para que esto suceda:
1. Crea un espacio saludable para ti.
Te encuentras demasiado cerca del rompecabezas para ver el panorama completo.
Debes retroceder unos pasos para obtener claridad sobre la situación.
La mejor manera de hacer esto es simplemente tomar un breve descanso, un respiro, unas vacaciones, y explorar algo más por un rato.
¿Por qué?
Para que puedas volver a donde comenzaste y ver las cosas con un nuevo par de ojos.
Y la gente allí puede verte de manera diferente también.
Regresar por donde empezaste es completamente diferente a nunca partir.
2. Acepta la verdad y practica gratitud por lo que es.
Dejar ir es estar agradecido por las experiencias que te hicieron reír, llorar y ayudarte a aprender y crecer.
Es la aceptación de todo lo que tiene, todo lo que una vez tuvo y las posibilidades que le esperan.
Se trata de encontrar la fuerza para aceptar los desafíos y cambios de la vida.
Confiar en tu intuición, aprender sobre la marcha, darte cuenta de que cada experiencia tiene valor.
Y sobre todo continuar dando pasos positivos hacia adelante.
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3. Decir menos y respirar más cuando tengas enojo.
Habla cuando estés enojado y darás el mejor discurso del que te arrepentirás.
True story.
Cuando te enfurezcas con alguien, respira hondo, siéntate en silencio y piensa por un momento.
Reconoce la verdadera fuente de tu ira.
La ira siempre sangra de adentro hacia afuera.
Recuerda que primero debemos arreglarnos antes de intentar arreglar o influenciar a otros.
Intentar cambiar a los demás es una receta común para prolongar el sufrimiento.
Asumir la responsabilidad de cambiarte a ti mismo y de cómo lidias con las acciones de los demás es una receta para el crecimiento, la libertad y la felicidad.
4. Perdona con todo tu corazón tanto como sea necesario.
El perdón es una actitud constante de elegir la felicidad sobre el dolor – la aceptación sobre la resistencia.
Se trata de reconocer que a veces todos estamos equivocados.
Incluso los mejores de nosotros hacemos cosas tontas, cosas que tienen graves consecuencias.
Pero eso no significa que somos malvados e imperdonables, o que no se nos puede confiar jamás ni nunca.
Medita esto.
Puedes tomar tiempo perdonar, porque se necesita fuerza para perdonar. Porque cuando perdonas, amas con todas tus fuerzas. Y cuando amas así, una luz celestial y curativa brilla sobre ti.
Este perdón, el verdadero perdón, te lleva a un lugar donde puedes decir sinceramente: “Gracias por esa experiencia” y decirlo con todo su corazón.
5. Concéntrate solo en lo que se puede cambiar.
Date cuenta de que no todo en la vida está destinado a ser modificado o perfectamente entendido.
Vive, déjate llevar, aprende lo que puedes y no desperdicies energía preocupándote por las cosas que no puedes cambiar.
Concéntrate exclusivamente en lo que puedes cambiar.
Y si no puedes cambiar algo que te molesta, cambia tu forma de pensar.
Revisa tus opciones y vuelve a abordar lo que no te gusta desde otro punto de partida para lograr algo diferente en tu vida.
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6. Haz del AHORA tu enfoque principal.
Ahora es el momento.
El pasado es solo un recuerdo.
El futuro es una proyección mental.
Puedes elegir morar en el pasado para aprender y reflexionar alegremente.
Puedes optar por vivir en el futuro para la visualización y la planificación práctica.
Sin embargo cada vez que tu conciencia se aleja con frecuencia hacia el pasado o el futuro con fines negativos estás sofocando tu capacidad de prosperar en el único momento que alguna vez hayas tenido: el AHORA.
El pasado y el futuro literalmente no existen en este preciso instante.
Siente la libertad en esta verdad.
7. Aprecia tus caprichos, tus errores y el hecho de que la vida es una lección.
La vida es un paseo. Las cosas cambian, la gente cambia, pero siempre serás TÚ.
Así que mantente fiel a ti mismo y nunca sacrifiques quien eres por nadie ni por nada.
Tienes que atreverte a ser tú mismo, en este momento, por aterrador o extraño que pueda ser tu ser.
Se trata de darte cuenta de que incluso en tus días más débiles te vuelves un poco más fuerte, si estás dispuesto a aprender.
Es por eso que a veces lo mejor de todos tus problemas y arduo trabajo no es lo que obtienes, sino en quién te conviertes.
8. Alimenta tu autoestima.
La parte más difícil del viaje es simplemente creer que eres digno del viaje.
¡Y lo eres! —Lo vales.
Tatúa eso directamente en tu cerebro … ¡En serio!
El mundo comienza a responder cuando crees eso de ti mismo.
No siempre parece que pensabas que sería, pero comienzan a producirse cambios positivos cuando comienzas a apreciar y reconocer tu propia valía.
Así que cuida tus pensamientos y deja de pensar en algo que te denigre.
Recuerda que alguna vez en un momento honesto y sin protección te reconociste como un amigo valioso.
9. Presta menos atención a los juicios de las personas.
La mayoría de la gente se apresura a juzgar en un intento desesperado de no ser juzgados ellos mismos.
En otras palabras sus juicios son superficiales y se basan en sus propias inseguridades, por lo que no vale la pena preocuparse.
Y sinceramente nadie tiene derecho a juzgarte de todos modos.
Es posible que las personas hayan escuchado tus historias y piensen que te conocen, pero no pueden sentir lo que estás pasando.
Ellos no están viviendo TU vida.
Así que olvida lo que piensan y dicen de ti.
Suéltalo.
Concéntrate en cómo te sientes contigo mismo y sigue caminando por el camino que se siente mejor bajo tus pies.
10. Haz todo con un toque de amabilidad.
Tres cosas en la vida que son importantísimas:
- La primera es ser amable.
- La segunda es ser amable.
- Y la tercera es… Lo adivinaste… Ser amable.
Lo que se puede hacer, se puede hacer de manera más efectiva cuando se agrega amabilidad.
Cualquier palabra que se diga siempre serán más convincentes cuando se expresen con amabilidad.
Los actos amables que realizas en un solo momento pueden tener un impacto positivo que dura toda la vida.
Tus días serán más brillantes y tus años más completos cuando agregues amabilidad a tu propósito.
Elige ser amable todos los días, y realmente eliges vivir en un mundo con menos estrés y más felicidad.
11. Saborea la bondad de la vida.
La vida es un tazón de fruta: algunas frutas están podridas mientras que otras son buenas para ti.
Es tu deber clasificarlo, tirar las podridas y olvidarte de ellas, mientras disfrutas comer las buenas.
No te confunda con otros que parecen estar haciendo exactamente lo contrario.
Finalmente te darás cuenta de que hay dos tipos de personas en este mundo: aquellos que eligen ignorar la buena fruta y revolcarse en todas las podridas, y aquellos que, como tú, eligen tirar las podridas y saborear todas los buenas.
Reflexión para terminar
Dejar ir no es darse por vencido.
Dejar ir es entregar cualquier apego obsesivo a personas, resultados y situaciones particulares.
Rendirse significa aparecer todos los días en tu vida con la intención de ser tu mejor yo y hacer lo mejor que sabes, sin esperar que la vida siga un cierto camino.
Ten metas, sueña, aspira y toma medidas decididas.
Construye excelentes relaciones pero separate de cómo se supone que debe ser la vida.
La energía de alguien que aspira a crear algo maravilloso, junto con este tipo de rendición, es mucho más poderosa y gratificante que alguien decidido a crear resultados con una mentalidad desesperada “imprescindible”.
La rendición trae paz interior y alegría, y no olvidemos que nuestras vidas externas son un reflejo de nuestro estado interno de ser.
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