“Cada nuevo comienzo proviene del final de otro principio.”
Cuando ya no puedas pensar en una razón para continuar, debes pensar en una razón para comenzar de nuevo.
Hay una gran diferencia entre rendirse y comenzar de nuevo en la dirección correcta.
Y hay tres pequeñas palabras que pueden liberarte de tus arrepentimientos pasados y guiarte hacia un nuevo comienzo positivo.
Estas palabras son: “De ahora en adelante …”
Entonces, de ahora en adelante:
1. Deja ir todas las cosas que no puedes controlar.
La mayoría de las cosas son solo una parte de tu vida porque sigues pensando en ellas.
Las cosas positivas suceden en tu vida cuando te alejas emocionalmente de las cosas negativas.
Así que deja de aferrarte a lo que duele y deja espacio para lo que se siente bien.
No permitas que lo que está fuera de tu control interfiera con todas las cosas que sí puedes controlar.
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2. Acepta la realidad.
La vida es simple.
Las cosas no te suceden a ti. Todo sucede PARA ti.
Todo sucede exactamente en el momento correcto, ni demasiado pronto ni demasiado tarde.
Por todo lo que pierdes, ganas algo más; y por todo lo que ganas, pierdes algo más.
No tiene que gustarte, pero es más fácil si lo haces.
Así que presta atención a tu perspectiva de la vida.
Puedes arrepentirte o alegrarte.
Es tu elección.
3. Cambia de opinión.
El cambio es como la respiración: no es parte del proceso, es el proceso.
En realidad lo único con lo que podemos contar es con el cambio.
Y el primer paso hacia un cambio positivo es cambiar tu perspectiva.
Prepárate para lo positivo.
Prepárate para lo nuevo.
Permite que lo desconocido te lleve a áreas nuevas e imprevistas en ti mismo.
El crecimiento es imposible sin cambio.
Si no puedes cambiar de opinión, no puedes cambiar nada en tu vida.
A veces todo lo que necesitas hacer es mirar las cosas desde un ángulo diferente.
4. Aférrate a las cosas buenas.
Cuando las luchas de la vida te arrojan a un pozo tan profundo que no puedes ver nada más que oscuridad, no desperdicies energía valiosa tratando de cavar.
Porque si cavas apresuradamente en la oscuridad, es probable que te dirijas en la dirección equivocada y solo caves el hoyo más profundo.
Mejor usa tu energía para alcanzar y llevarte algo bueno contigo.
Porque la bondad es brillante, su resplandor te mostrará qué camino está arriba e iluminará el camino correcto que te llevará allí.
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5. Descansa y reorganizate.
Fortaleza no se trata de soportar una cruz de pena o vergüenza.
La fortaleza se trata de elegir tu camino, vivir con las consecuencias y aprender de ellas.
A veces haces lo mejor que puedes y terminas en tremendo desastre.
Cuando esto suceda, no te desanimes.
Al menos intentaste.
Eso es realmente todo lo que puedes hacer.
No has fallado, acabas de aprender lo que no debes hacer.
Así que descansa, reorganizate y comienza de nuevo con lo nuevo que sabes ahora.
6. Aprovecha oportunidades.
Hacer un gran cambio de vida o probar algo nuevo puede dar miedo. ¿Pero sabes lo que es aún más aterrador? Lamentarse.
Así que date cuenta de que la mayoría de tus miedos son mucho más grandes en tu mente de lo que son en realidad.
Lo verás por ti mismo tan pronto como los enfrentes. No dejes que te detengan.
Vive tu vida para que nunca tengas que lamentar las oportunidades que nunca tomaste, el amor que nunca permitiste y los regalos que nunca diste.
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7. Sigue escalando.
Toda persona que está en la cima de la montaña no cayó desde el cielo.
Las cosas buenas les llegan a quienes trabajan para ellos.
Ganas confianza y te fortaleces con cada experiencia en la que realmente te esfuerzas para hacer algo que no creías que pudieras hacer.
Si estás parado en ese lugar intermedio, no puedes o no quieres retroceder, pero tienes demasiado miedo de avanzar.
Recuerda que no puedes disfrutar de la vista sin estar dispuesto a subir.
8. Aprecia lo que has aprendido.
Nada es más hermoso y poderoso que una sonrisa que ha luchado a través de las lágrimas.
No te arrepientas de tu historia, incluso los momentos que estuvieron llenos de dolor.
Sonríe porque aprendiste de ellos y ganaste la fuerza para elevarte por encima de la maldita incertidumbre.
Al final no es por lo que has pasado lo que define quién eres: es cómo lo superaste lo que te ha convertido en la persona que eres hoy y en la persona que eres capaz de ser mañana.
9. Date cuenta de que cada paso es necesario.
Nada está mal nunca. Aprendemos de cada paso que damos.
Lo que hiciste hoy fue un paso necesario para llegar a mañana. Así que siéntete orgulloso de ti mismo.
Tal vez no eres tan bueno como quieres ser, ni tan bueno como serás algún día; pero gracias a todas las lecciones que aprendiste en el camino, eres mucho mejor de lo que solías ser.
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