Cuando perdemos a alguien muy cercano a nosotros, puede ser un momento muy difícil de comprender para nosotros. Se necesita tiempo para superar el dolor y aceptar la situación tal como es. Durante estos momentos difíciles, orar con rigor a nuestro Dios Todopoderoso puede resultar muy útil.
Aquí Hay Oraciones Edificantes Por La Pérdida De Seres Queridos
-Oh Padre, este dolor que enfrento ahora es impredecible, y no puedo hacer nada más que sentirme solo sin mi ser querido y llorar su muerte repentina. En tiempos de dolor, te pido que me ayudes a recordar tus Palabras de amor y confianza y superar esto.
-Querido Señor, la muerte de nuestro ser querido ha dejado un vacío en nuestra vida y en nuestro corazón. Lloramos porque nada puede compensar la pérdida que hemos experimentado. Oramos a tu Espíritu Santo para que nos consuele y restaure nuestras vidas con esperanza y amor.
-Padre Amado, en lo más profundo del dolor y de la muerte, ayúdanos a recordarte. Guíanos para que podamos encontrarte dentro de nuestra alma para encontrar la paz de esta inquietud en nuestros corazones y mentes. Por favor, prodigue nuestras almas desgastadas con la calidez del compañerismo de las personas que nos rodean.
-Gran Dios, el ser amado que acabamos de perder ha creado un legado propio, y nos apenamos por eso. Este mundo había sido un mejor lugar para vivir cuando estaban con nosotros, y sus espíritus irradiaban felicidad y positividad.
-Oh Amado Todopoderoso, tuvimos la oportunidad de crear muchos hermosos recuerdos con este ser querido. A menudo recordamos esos tiempos felices y apreciamos esos momentos. Pero, ahora que la persona ya no está con nosotros, los mismos recuerdos se han vuelto dolorosos. Danos la fuerza para unirnos.
-Gran Padre, te ruego que nos protejas de ser inhibidos por la muerte. Cuando estemos afligidos y angustiados, permítenos recordar que tu Camino Sagrado obra a través de nuestras vidas, y nos ayudará a lograr cosas más grandes solo si las seguimos rigurosamente y seguimos tus mandamientos.
-Bendito Señor, esta vida es notable, y la muerte es parte integral de ella. Pero nunca debemos permitir que la muerte nos desanime de ser positivos y productivos. Permítenos apreciar tus logros en nuestra vida y haznos más fuertes y sabios en tu espíritu para los días venideros.
-Celestial Creador, este tiempo de dolor y tristeza hace muy difícil tener fe en ti, y nuestra mente está perturbada. Parece que la vida nunca nos haría más daño y estamos deprimidos. Te rogamos que sanes nuestros corazones rotos y nos guardes en tu amparo.
-Querido Dios bendito, nuestros corazones están heridos por la pérdida de nuestro ser querido, y el cuchillo del dolor lo atraviesa con fuerza. Nuestras almas están cansadas, y no hay nada en nuestras vidas sino tristeza y desesperación. Invocamos a nuestro Espíritu vivo en estos momentos para que nos proteja.
-Precioso y dulce Señor, en estos tiempos difíciles, te rogamos que estés presente en nuestros corazones en todo momento. Por favor, danos la fuerza para superar este dolor y luchar contra todo cansancio en la vida. Mantennos bendecidos en tu compasión persistente que es tan dichosa y reconfortante.
-Oh bondadoso Padre, este dolor nos ha causado angustia y dolor, y solo tú puedes ayudarnos a superar esto ahora. Nos entregamos a tu poder para que puedas sustentarnos. Oramos a tu bendito Espíritu para que llene nuestras vidas aburridas con esperanza y alegría para el futuro.
-Dios misericordioso, incluso en tiempos de dolor, da paz a mi corazón saber que tú, nuestro protector benévolo, también estás sufriendo la muerte de nuestro ser querido junto con nosotros. Compartes nuestro dolor y podemos abrirnos a ti para que puedas reparar nuestros corazones rotos.
-Celestial Amado Salvador, gracias por permitirme escuchar tu Santa Palabra y sentir tu Espíritu Santo cerca de mí cuando estoy tan angustiada. Mis ojos son bendecidos de poder presenciar tu verdad que nos dice que nunca perdamos la esperanza y, en cambio, seamos positivos en la vida.
-Señor, gracias por hacerme entender que siempre somos parte de tu Santo Universo, aún después de la muerte. Siempre podemos asegurarnos un lugar en tu Bendito Cielo si podemos seguir tus mandamientos y vivir una vida recta guiada por tu amor y sabiduría genuinos.
-Querido Padre Amoroso, estoy profundamente dolorido. Y crece la ira y el resentimiento en mi corazón. Estoy paralizado por el miedo, y la muerte se burla de mí en cada momento de mi vida. Mi corazón está abrumado por emociones encontradas y, en consecuencia, me está adormeciendo. Protégeme, bondadoso Señor.
-Gran Dios, a causa de este dolor, me he mantenido alejado de ti y no he dedicado suficiente tiempo a la oración. Lucho continuamente para volver a ti donde yace toda mi paz. Ayúdame a recordar la verdad de que tú eres el Creador y bendices nuestras vidas.
-Oh Salvador, te pido que me tomes en tu regazo reconfortante y sane mi mente y mi corazón de todo el dolor y el estrés por el que está pasando en este momento. Ayúdame a llevar esta carga sin esfuerzo, creyendo en mi corazón que esto también pasará con tus bendiciones.
-Amado Dios Celestial, te pido gozo del evangelio en mi alma. Te ruego que me bendigas para que pueda superar esta terrible fase y regocijarme en tu alegría sin fin. Cuídame para que con el paso de los días se consuele mi dolor y mi desasosiego.
-Buen Señor precioso, te pido que envuelvas mi espíritu cansado con tu paz llena de gracia. Ayúdame a construirme como un ejemplo perfecto para cualquier otra persona que pueda estar pasando por una fase similar. Haz que este dolor insoportable de mi corazón desaparezca y reemplázalo con tu vivacidad.
-Oh Padre, permíteme tener la confianza de poner todas mis preocupaciones y tristezas en tus manos porque nada más puede consolarme más que tu Espíritu dichoso. Creo que siempre estás ahí para mí cuando nadie más está listo para estar a mi lado para prestarme apoyo.
-Señor, elijo creer que tu amor por nosotros nunca cesa, y superaré la fase de luto por mi amado con tu compasión obrando a través de mí. Encuentro refugio cuando me acerco a ti, y tu dicha es tan perfecta para mi alma atormentada.
-Amable Buen Creador, te pido que respondas a mis fervientes oraciones. Lloro de dolor y desesperación, y mi alma está perturbada como nunca antes. Solo tú puedes calmarme ahora, y tu Espíritu Santo puede guiarme. Mi sed de unirme a ti crece a cada momento.
-Querido Amado Dios, tus Santos Mandamientos prometen estar con nosotros cada vez que estemos en problemas. Ahora que mi corazón no está tranquilo, te pido que seas mi refugio. Tú eres mi fuerza, y con tu Espíritu en mi alma, nunca seré aplastado por una pequeña tristeza.
-Oh, Preciosa Deidad, se siente como si todo el mundo a mi alrededor se hubiera vuelto un caos, y estoy siendo consumido por él. No hay paz en ninguna parte, y no puedo descansar en absoluto. Todo me recuerda al ser querido que he perdido. Por favor, rescátame de esta molestia.
-Padre Amado, no sé qué hacer con este vacío en mi alma. Me molesta a cada momento, pero mantengo la fe en que tú, nuestro Poderoso Protector, me salvarás. Devolverás la alegría perdida en mi corazón, y me llenarás de esperanza y anhelo.
-Dios todopoderoso, hoy vengo ante ti y me inclino en oración para que me des más poder. Renueva mi espíritu con tu Santa fuerza para que pueda enfrentar las adversidades de la vida con confianza y resplandor en mi corazón. Quita toda la angustia y el estrés.
-Oh Gran Señor, estoy exhausto. No puedo soportar más este dolor, y me envuelve este dolor que sigue creciendo. El fallecimiento de mi amado me ha dejado conmocionado, y no puedo más que ponerme en tus manos para que me guíes.
-Amado Dios, este incidente repentino y desgarrador me ha dejado sintiéndome como si hubiera sido abandonado por tu poderoso amor. Por favor, recuérdame que tu amor incondicional nunca nos abandona, y nada debe hacer tambalear la fe que tengo en ti porque solo esta fe puede salvar mi vida del cansancio.
-Oh Salvador Todopoderoso, te pido que desciendas a nosotros y nos lleves a tu poderoso refugio. Bendícenos para que podamos ser dignos de comprender tu Santa presencia en nuestras almas, que trabaja constantemente para erradicar todo dolor y tristeza que ha creado una carga en nuestros corazones.