Si estás buscando la paz y la verdadera felicidad en tu vida, debes desarrollar la práctica de meditar, pasar un tiempo contigo mismo y decir tus oraciones matutinas a Dios todos los días. Aquí hay algunas oraciones inspiradoras para un mejor viernes por la mañana, para que te mantengas positivo e inspirado.
Aquí Hay Oraciones Edificantes Para El Viernes
-¡Oh Padre misericordioso! En esta brillante mañana de viernes, te pido que hagas que mi día brille como el sol. Bendice mis noches y aléjalas de los poderes malignos. Permíteme ser lo suficientemente digno de presenciar tu gracia a través de mis ojos. Déjame ser tu bendito hijo agradecido.
-Oh Padre misericordioso, quiero que me bendigas esta mañana para que tu gloria pueda irradiarse dentro de mí y a través de mí hacia los demás. Quiero estar constantemente abrumado por la paz y la bondad que derramas sobre nosotros todo el tiempo. Déjame tener un buen viernes por la mañana.
-Oh Padre misericordioso, al llegar al final de mi ajetreada semana de trabajo, busco tus bendiciones y amor. Eres mi amable padre y solo tú puedes darme el descanso perfecto que merezco después de trabajar tan duro durante toda la semana. Ayúdame a recordarte constantemente.
-Oh Padre misericordioso, hoy oro por mi corazón. Te ruego que cures mi corazón de toda la tristeza y el desamor que ha retenido en sí mismo hasta ahora. Despeja mi mente de todas las preocupaciones y dudas, y llena mi vida de felicidad y satisfacción y con tus bendiciones.
-Oh Padre misericordioso, este viernes, te pido que cures mi cuerpo de cualquier forma de enfermedad que pueda haber conservado. Dame energía y motívame a trabajar más duro. Nunca debo ser perezoso u ocioso y ninguna cantidad de presión debe ser capaz de derribarme.
-Oh Padre misericordioso, este viernes por la mañana, te pido que llenes mi día con tu misericordia y bendiciones. Quiero que seas un mentor para mí y elijas mis palabras y acciones para hoy y también para el fin de semana. Guíame, Señor, y nunca me dejes cometer errores.
-Oh Padre misericordioso, si quiero seguir siendo productivo y enérgico también durante la próxima semana, debo estar esperanzado y motivado. Te pido que me mantengas positivo y protejas mi fe en ti. Nunca debo olvidar que eres el Todopoderoso supremo, mi Padre protector.
-Oh Padre misericordioso, cuando miro hacia atrás a los otros viernes de mi vida, este parece mucho mejor. Gracias por escuchar mis oraciones y darme todo lo que he querido de ti. Gracias por llenar mi vida de las cosas que me hacen tan feliz.
-Oh Padre misericordioso, esta mañana, te pido que llenes mi día de risas sin fin. Si tengo que encontrarme con lágrimas, deben ser de una felicidad abrumadora y por algo que he logrado. Permíteme crear hermosos recuerdos que podré atesorar más tarde.
-Oh Padre misericordioso, esta soleada mañana de viernes me trae tu mensaje de esperanza y nuevos comienzos. Puedo sentir que estás escuchando mi voz y estoy seguro de que mis oraciones serán respondidas por ti. Entonces, levanto mis manos hacia el Cielo y clamo a ustedes.
-Oh Padre misericordioso, derrama todas tus bendiciones sobre mí y ayúdame a superar cualquier tristeza o ansiedad que me haya estado molestando durante esta semana. Ayúdame a recuperarme y empezar todo de nuevo. Para lo que sea que haga, siempre necesitaré sus puras bendiciones.
-Oh Padre misericordioso, te ruego que hagas de este viernes un día extraordinario de mi vida. Tráeme buenas noticias, déjame lograr los muslos que quiero y ayúdame a enfrentar cualquier obstáculo que se interponga en el camino. Haz de este día uno de los mejores días.
-Oh Padre misericordioso, este viernes, te pido que me des el tipo de alegría y emoción que aletea en mi corazón. Que tu gracia me acompañe todo el día y derrame tus favores en todos los aspectos de mi vida. Permíteme decir con orgullo que soy tu hijo bendito.
-Oh Padre misericordioso, encuentro fuerzas malvadas levantándose en mi contra, tratando de lastimarme. Te ruego que me defiendas y me protejas de ellos. Quiero ir a la batalla sabiendo que tú eres mi escudo y me salvarás. Mi victoria en cualquier guerra está garantizada.
-Oh Padre misericordioso, mientras entro en este nuevo día, creo firmemente en mi corazón que siempre trabajarás por mi bien y me mantendrás privilegiado porque nunca podré expresar completamente cuánto te amo y estoy agradecido por las cosas que me das. hazlo por mi.
-Oh Padre misericordioso, te pido esta mañana que me dejes experimentar tu paz, su verdadero significado, e incorporarla a mi vida. Sé que su importancia excede más que cualquier cosa que se me ocurra. Guarda mi corazón, mente y alma, y déjame vivir en ti.
-Oh Bondadoso Padre, es solo gracias a ti que finalmente puedo pasar un viernes que no me cause estrés. Gracias por bendecirme a mí y a mi día, y por permitirme tener un hermoso día y un gran fin de semana más. Bendice mi vida porque estás en ella.
-Oh Padre misericordioso, siempre he creído en ti y sé en mi corazón que tu infinita gracia nunca se apartará de nosotros. Siempre estás ahí para cuidarnos y bendecirnos. Esta vida que tenemos es en sí misma una bendición tuya y te lo agradezco.
-Oh Padre misericordioso, deseo permanecer fiel a ti. Eres todo para mí, mi Señor, mi Padre, el Todopoderoso. Te ruego hoy que guardes mi vida y todo lo que me sucede. Quiero que me salves del mal y me muestres el camino correcto.
-Oh Padre misericordioso, este viernes, no importa lo que haga, siempre te pondré primero. Eres mi prioridad y estás en la mano derecha. Así sé que nunca podré hacer nada malo en la vida y siempre me guiarás a la luz y la verdad.
-Oh Padre misericordioso, esta mañana, te pido que escuches mi voz. Escucha mis fervientes oraciones. Pongo ante ti todos mis deseos y necesidades y espero que los cumplas. Si he pedido algo malo, ilumíname y nunca dejes que me distraiga.
-Oh Padre misericordioso, este día, quiero escuchar de tu amor incondicional y apoyo para mí. Tráeme la palabra y fortalece mi confianza en ti. Nunca debo cuestionar la forma en que me muestras y debo confiarte mi vida para que puedas controlarla.
-Oh Bondadoso Padre, estoy distraído. Estoy perdido. No sé qué camino tomar. En estos tiempos de desesperación, me levanto al alba y clamo a ti por ayuda. Tengo plena fe en ti y puedes salvarme de caer en este pozo oscuro.