Tareas Imaginativas

Objetivo de las Tareas Imaginativas

Expandir tu mente. Visualizar en ricos detalles. Involucrar tantas emociones y sentimientos como sea posible. Involucrar tantos sentidos como puedas.

Estás buscando saber quién eres y tu propósito de vida. Escucha a tu corazón. Examina tu alma en aislamiento, paz y tranquilidad.

Recuerda que una DPV es tanto un descubrimiento como una creación.

La situación ideal sería si pudieras pasar dos semanas de vacaciones para meditar sobre tu destino. Sin embargo, el mundo no es ideal, con apagar el wifi y cerrar la puerta tendrás suficiente paz.

Los elementos necesarios para tus ejercicios mentales son: tu mente y algo para escribir (lápiz y papel, teléfono inteligente, tableta, computadora).

Piensa en tu horario y encuentra bloques en que esos elementos están disponibles.

(Nota: si usas celulares limita las distracciones activando modo avión)

Propongo 7 ejercicios imaginativos.

Aquí te dejo 7 de las tareas más efectivas de mi repertorio

1. Imagina que te quedan solo seis meses de vida. ¿Cómo cambiarías tus acciones? Te invito a jugar este juego mental durante una semana y llevar un diario de tus experiencias.

2. Recuerda el momento en que te sentiste más amad@. ¿Por qué tanto amor entonces? ¿Qué puedes hacer para atraer experiencias similares en el futuro?

3. ¿Qué harías? ¿Cómo cambiarías tu vida? Si recibieras el premio de lotería de $1 millón de dólares en efectivo hoy, o recibir una herencia, u obtener un pedido enorme para tu negocio. Ponte en tu mente frente a un montón de dinero y mira, en tu mente, ¿cómo cambiaría eso tu vida?

4. Escribe al menos tres puntos de inflexión en tu vida. Pueden ser negativos o positivos: muerte en la familia, casarse, primer trabajo, nacimiento de tu primer hijo, enfermedad grave, ir a la universidad, lo que sea que haya hecho un cambio significativo en tu vida. ¿Cómo te impactaron estos eventos? ¿Por qué?

Trata de pensar en alguien más, que circunstancias similares cambiaron la vida de él o ella exactamente en la dirección opuesta. Por único que sea cada uno de nosotros, probablemente puedas encontrar una historia así. Luego reflexiona sobre las diferencias entre tú y esta persona.

¿Por qué elegiste actuar a tu manera, mientras que había alternativas? ¿Actuaste de acuerdo con tus valores o contra ellos?

5. Visualiza el final de tu carrera actual. ¿Será una jubilación? ¿Cambiarás tu ocupación? ¿Qué contribuciones, qué logros querrás haber hecho en tu campo?

6. Visualiza la relación en tu matrimonio después de 20 y luego después de 40 años. Intenta capturar su esencia creada durante un período de tantos años.

7. Visualiza cómo será tu vida dentro de 5, 10 y 20 años a partir de ahora si no tomas decisiones significativas durante todos estos años. Imagina que dejas que tu vida “vaya con la corriente”. Fíjate en tus finanzas, salud, relaciones, crecimiento personal, espiritualidad, carrera. ¿De verdad quieres que tu vida se vea así? ¿Qué falta en estas imágenes? Es pensar más en términos de valores y sentimientos que de posesiones materiales,

¿Tengo que hacerlos todos?

No, no TIENES que hacerlos todos… Empieza por uno y deja fluir…

Hasta hoy tu mayor problema ha sido por desconocimiento (en serio).

Tu error es que has estado llenando tus pensamientos con ideas sueltas sin ninguna estructura que te abruman y traen más estrés del necesario.

No pasa nada, no sabias que existía “una estructura“… Ahora ya sabes 😉

Ahora tienes al menos cierta noción sobre de qué se trata tu vida y cómo se ve tu DPV.

El siguiente paso es donde ocurre toda la magia.

Tomar las ideas, pensamientos, arrepentimientos y objetivos que has identificado y poner todo por escrito en tu Declaración de Propósito de Vida.

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