La economía dirigida, también conocida como economía planificada, es un sistema económico en el que una autoridad central controla la cantidad de productos que se producirán, así como otras actividades económicas de una nación, incluidos los precios de los productos básicos. Este es el sistema económico seguido por la mayoría de sociedades comunistas como China, Corea del Norte y Cuba. Aunque esto ha funcionado para estos países, hay reveses evidentes en este tipo de sistema económico. Para tener una idea, estos son algunos de los pros y los contras de la economía dirigida.
Lista de ventajas de la economía de mando
1. No tiene lugar para el monopolio.
Con una autoridad central elegida por el gobierno para dictar la cantidad de bienes que se producirán y los precios que los fabricantes pueden pedir, será difícil para los proveedores de productos básicos controlar el mercado. Al final, los consumidores serán los que se beneficien de este tipo de sistema.
2. Se agiliza la movilización de recursos.
Otra ventaja de la economía dirigida es el poder de la autoridad central para exigir una mayor producción de los bienes necesarios en caso de situaciones de emergencia como el hambre y la guerra. De esta manera, las personas de las regiones afectadas pueden tener los suministros que necesitan más rápido, ya que el gobierno decidirá la cantidad de productos que requieren las áreas afectadas. Dicho esto, será más fácil y rápido para el público acceder a estos bienes a un precio establecido por el órgano de gobierno.
3. Hace posible y alcanzable el establecimiento de metas.
La presencia de una autoridad central es una ventaja en sí misma. Dado que existe un organismo que tiene el poder de controlar las actividades económicas, también tiene la capacidad de establecer metas bien definidas y programar un marco de tiempo para lograr estas metas.
Lista de desventajas de la economía de mando
1. Puede resultar en escasez o excedente de productos.
No hay forma de que la autoridad central pueda tener información precisa sobre el mercado y el número exacto de bienes que demandan los consumidores. Como resultado, es posible que algunos fabricantes no puedan suministrar suficientes productos si se les permitiera producir bienes que son mucho menos en cantidad de lo que el público realmente necesita. Lo contrario también puede ocurrir si la autoridad central les ordena producir grandes cantidades de bienes con menor demanda del mercado.
2. Se vuelve demasiado controlador.
Dado que el gobierno tiene el poder de controlar las actividades económicas, es posible que las empresas no puedan obtener suficientes ganancias y, finalmente, fracasen. Esto también puede disuadir a las personas de invertir en la creación de empresas por temor a no obtener su ROI a tiempo. Al final, esto también puede afectar la economía del país.
3. No apoya la innovación.
Dado que la autoridad central tiene el control total en la producción y venta de bienes, los fabricantes no intentarán innovar en sus productos. Cuando esto suceda, la calidad de los productos seguirá siendo la misma. Esto también suprime la libertad de los empresarios de alguna manera y priva a los consumidores de tener mejores productos.
Todos los tipos de sistemas económicos tienen ventajas y desventajas, pero todos fueron creados con la intención de hacer el bien más que el daño. Sin embargo, aún queda una pregunta. ¿De quién son los intereses que protegen estos sistemas económicos?