50 Oraciones Edificantes Para Protección

Muchas circunstancias de nuestro día a día pueden llevarnos a sentirnos ansiosos. Las cosas nos abruman fácilmente y el miedo nos aprisiona. En estos momentos, debemos entregarnos al Padre Todopoderoso, quien nos dará protección de todos nuestros temores. Pase algunos momentos en ferviente oración al Santo Señor. 

Aquí Hay Oraciones Edificantes Para Protección

-Oh Padre, vengo a ti y me postro en oración. Mi corazón está angustiado, y oro por tu protección. Por favor, protégeme de todos los poderes malignos que están tratando de derribarme. Dame la fuerza para poder mantenerme firme en todas las circunstancias.

-Amado Dios, todos los días, imágenes de violencia y odio en la televisión e Internet, o en los periódicos, nos asaltan y nos señalan que somos vulnerables al mal y al pecado en cada momento de nuestras vidas. Te pido que nos rodees de tu divina protección.

-Señor, por favor mantennos envueltos dentro de tu poderosa fuerza y ​​superioridad. Que todos nos sintamos seguros cuando nos refugiamos en ti y danos la alegría que nos hace cantar en voz alta. Te amamos y queremos ser exaltados en ti. Danos cobijo en tu gracia, Padre.

-Oh Padre, sé que no tenemos nada que temer si somos justos y llevamos una vida siguiendo tus principios. Tú bendices al hombre que es sincero y devoto, y por eso hoy te pido tus bendiciones. Te ruego que nos protejas de todo peligro en la vida.

-Bendito Dios, te ruego que bendigas nuestras mentes. Nunca dejes que los sentimientos de negatividad o violencia afecten nuestra forma de pensar y nos lleven al mal. Bendícenos ayudándonos a pensar a través de tu Espíritu Santo, que emana solo energía y paz. Ayúdanos a fijar nuestras mentes en ti.

-Buen Señor, protégenos de la conformación de este mundo y ayúdanos para que podamos lograr una transformación a través de la renovación de nuestro proceso de pensamiento. Ayúdanos a ser lo suficientemente dignos de demostrar a todos tu voluntad perfecta y encomiable. Bendícenos con tu amor y presencia.

-Querido Padre, creemos que solo tu Espíritu Santo puede llevarnos a pensar correctamente. Guíanos hacia las cosas que son correctas, puras y que nos honren a ti y a nosotros. Ayúdanos a establecernos con una buena reputación para que podamos glorificar tu nombre.

-Amado Dios, bendice nuestras mentes para que solo pensemos en cosas que nos brinden excelencia y nos hagan dignos de recibir tu alabanza. Nuestros pensamientos y acciones deben ser para que puedas apreciarlos abiertamente y bendecirnos por esos pensamientos. Ayuda a nuestras mentes a pensar en ti.

-Señor Amado, danos la fuerza de cuerpo y mente que proviene de estar en la presencia de tu gran poder. Prepáranos con tu armadura protectora a nuestro alrededor para que podamos luchar en cualquier lucha. Ayúdanos a ser guerreros frente a los poderes oscuros que nos gobiernan.

-Querido Dios, te pedimos que nos des protección espiritual. Protege nuestro espíritu de ser desgastado por fuerzas malvadas y déjanos sentir la paz de tu cielo para que nuestro espíritu se eleve, y seamos renovados con un entusiasmo fresco en nuestras vidas, y podamos alabarte.

-Padre, creemos en ti y confiamos en ti para que seas nuestro guardián. Conviértete en la sombra a nuestra mano derecha y mantén pura nuestra alma. No importa dónde estemos, lo que hagamos o digamos, queremos que nos protejas en la vida. Por favor, sé nuestro guardián hoy y siempre.

-Oh Buen Dios, te ruego por la protección de mi familia. Mantener a mis padres, pareja e hijos a salvo de todo peligro. Dales seguridad tanto física como espiritual para que nada les haga daño. Aleja el mal de ellos y ayúdalos a construir confianza en ti.

-Padre, que los miembros de mi familia busquen en ti la fuerza y ​​la paz y que tú los cuides para que nunca sean instruidos por el peligro o el mal. Guarda sus mentes y sus almas, instrúyelos para que sean capaces de discernir la verdad en todo, y sigan rigurosamente tus santos mandamientos.

-Buen Señor, ayúdame a mí y a mi familia a reconocer la fuerza dentro de nosotros que ha sido innatamente bendecida por ti para que, frente al peligro, podamos ser lo suficientemente fuertes para enfrentarlo con un corazón valiente. Tengamos fe en su capacidad para superar cualquier problema.

-Padre, nunca nos dejemos abrumar por ningún miedo ni seducirnos por la injusticia. Ayúdanos a ser fuertes como tú y luchar contra los poderes malvados e injustos de este mundo. Seamos capaces de erradicar todo lo que está mal a nuestro alrededor y arreglar las cosas como tú quieres que lo hagamos.

-Dios todopoderoso, bendícenos para que podamos encontrar refugio en tu sombra dichosa donde no hay miedo ni ansiedad. Encontremos la paz en tu morada espiritual que nos brindas tan desinteresadamente. Eres el lugar más seguro que conocemos y nos proteges como nadie más puede hacerlo.

-Oh Señor, protege a nuestros hijos. Son inocentes y no entienden el mundo como lo hacen los adultos. Ayúdalos a aprender cómo desarrollar una nueva perspectiva sobre todo lo que les rodea. Dales un propósito en sus vidas, y no solo terrenal, sino también eterno.

-Bendito Dios, ayuda a nuestros hijos a ver este don de la vida y sus desafíos desde tu punto de vista. Esto les ayudará a estar ansiosos por todo pero no dejará que tengan miedo de enfrentarse a una circunstancia sin precedentes. Ellos confiarán en tu santa presencia dentro de ellos mismos.

-Querido Dios, bendice a nuestros hijos con el don del conocimiento y el espíritu para que puedan concentrarse en aprender algo y, por lo tanto, pensar con una mentalidad positiva que los haga ansiosos por aprender cosas. Estarán intrigados por conocer los secretos de este Universo creado por ti.

-Amado Señor, protégenos, tus benditos hijos, que siempre nos esforzamos por permanecer arraigados en tu precioso amor. Ayúdanos a comprender que tu amor se extiende a todos nosotros y supera todo lo que hemos conocido. Ayúdanos a permanecer llenos de tu espíritu a través de nuestros días y noches.

-Santísimo Padre, te rogamos que estés con nosotros en todo momento para que estemos seguros de que estamos en buenas manos y no hay nada que temer. Permanece dentro de nosotros y ponte a nuestras espaldas. Consuélanos con tu paz y devuélvenos las fuerzas que hemos perdido.

-Oh Señor, hazte presente por encima y por debajo de mí en todas las condiciones. Sé parte de mis momentos de tranquilidad y también acompáñame cuando esté en grave peligro. Te pido que estés en los corazones y las almas de aquellas personas que me aman tanto como a ti.

-Querido Buen Dios, en nombre del poder de la Santísima Trinidad, ato mi ser interior a tu santo nombre, y oro por su invocación en mi vida. Ruego al Señor que ha creado esta Naturaleza, siempre me protegió del mal y me dio la salvación.

-Padre todopoderoso, junto con la protección, te pido también que me bendigas con tu gracia y que siempre brille sobre mí tu rostro resplandeciente. Vuélvete hacia mí en cada situación y dame ritmo. Motívame a pelear mis batallas sin cansarme y bendíceme con la victoria.

-Oh Amado Dios, eres eterno y omnipotente. Te ruego que nos bendigas a todos con tu bondad y amabilidad. Dale a nuestra vida las ventajas que brotan de tu amor incondicional por nosotros. Aprueba todo lo que hacemos o decimos y concédenos los favores que te pedimos.

-Oh Gran Señor, sabemos que somos imperfectos y tenemos fallas. Te pedimos disculpas si no hemos podido cumplir con tus expectativas de nosotros, pero nos inclinamos ante tu misericordia y te rogamos que aún nos protejas, pase lo que pase.

-Querido Padre, te rogamos en nombre de los jóvenes que muchas veces se equivocan por ingenuos y desorientados. Sé su guía y defiéndelos de todo peligro. Ayúdalos a aprender la forma correcta de vivir sus vidas y mantenlos alejados de ser tentados falsamente.

-Amado Dios, nuestra oración para ti hoy es por tu poderosa presencia a nuestro alrededor. Incluso si no hay nadie que nos cuide, te rogamos que seas nuestro guardián y nos muestres el camino correcto. Sabemos que ayudarás a deshacernos de nuestros miedos.

-Querido Padre Santísimo, no hay nadie más bondadoso y benévolo que tú. Incluso si no merecemos el amor y la gracia con los que nos colmas, nunca nos apartas de ellos. Gracias por derramar sobre nosotros tus dones y considerarlos dignos de tu salvación.